Llorenç Serra Ferrer está atravesando por su peor momento deportivo desde que asumiera el control de la entidad hace dos años y medio. Las derrotas se acumulan en la hoja de ruta del campeonato. Ya suma seis consecutivas, la tercera peor racha de toda la historia del Mallorca y que no sucedía desde hacía más de veinte años. Precisamente desde la última temporada que dirigió el pobler al conjunto bermellón en la máxima categoría. Esa campaña, 1991-92, el equipo isleño no pudo reaccionar y acabó descendiendo a Segunda División con Serra como máximo responsable técnico. Ahora, aquellos fantasmas del pasado sobrevuelan por el vestuario rojillo.
La carga de derrotas es una losa demasiado pesada y ha provocado el primer distanciamiento serio entre el máximo accionista y el cuerpo técnico. Trece meses después de su aterrizaje en la Isla, la afinidad entre Serra Ferrer y Joaquín Caparrós parece agrietarse. Los malos resultados -es la peor marca desde que el Mallorca regresó a Primera División- y algunas decisiones del entrenador han mermado la relación entre ambos.
Serra Ferrer no quiere que la situación se le escape de las manos. Consciente de la dinámica derrotista del equipo, que acumula ya un mes y medio en caída libre, ha impuesto una máxima por los pasillos de Son Moix. La prioridad pasa por salvar al primer equipo y salir del laberinto. No quiere saber nada más. Quiere que toda la maquinaria del club esté activada en busca de ese objetivo. No hay otro.
Conoce de primera mano las consecuencias de una racha tan negra de resultados -su récord negativo en aquella campaña del último descenso quedó fijado en siete derrotas consecutivas- y quiere maniobrar para alterar el rumbo lo antes posible. El duelo del domingo en Balaídos, ante el Celta, es el único foco de atención. Con la intención de arropar al primer equipo, Serra Ferrer acudió ayer hasta la Ciudad Deportiva para presenciar la sesión preparatoria. El vicepresidente suele ir a Son Bibiloni, aunque normalmente acude los jueves para presenciar el habitual partidillo y nunca un miércoles.
No obstante, el máximo accionista y el entrenador apenas mantuvieron contacto y el director deportivo no acudió al vestuario del cuerpo técnico. Se limitó a contemplar una parte del entrenamiento y se marchó...
Después de recibir la visita de los grandes y de acudir al Pizjuán y Riazor, el Mallorca se juega una porción notable de su crédito en los dos próximo choques que disputará a domicilio. El domingo visita al Celta en Balaídos y en la siguiente jornada acudirá a Vallecas para medirse al Rayo Vallecano. Desde el cuerpo técnico confía en romper ya la mala racha para acallar a los agoreros y enderezar el rumbo. Joaquín Caparrós nunca había encadenado una marca tan negativa de resultados. Serra Ferrer sí. Y ahora, veinte años después, la historia se repite con él como máximo accionista. Es su primera gran crisis deportiva.