En una semana el Mallorca ha pasado de vivir en las nubes a recibir dos golpes tremendos en su línea de flotación. Despojado en los últimos días de una de las columnas del centro del campo y a su vez de una de las incorporaciones más llamativas, el equipo bermellón pierde ahora a otro de los pesos pesados del vestuario. Pese a abrochar junto a sus compañeros el partido de Getafe y acariciar incluso el empate en pleno epílogo, José Carlos Nunes salió del Coliseum con un nuevo problema en la mochila. El portugués, que se sometía ayer a unas exploraciones para analizar el derrame que habían detectado en su rodilla derecha los servicios médicos del club, alargó su calvario particular al conocer que presenta una lesión en el menisco externo que le obligará a pasar mañana por el quirófano de la Clínica Asepeyo de Barcelona. Y aunque la rotura no afecta a la misma rodilla que se lastimó de gravedad el año pasado estará unos dos meses de baja. Justo el tiempo que la defensa mallorquinista se mantendrá cogida con alfileres.
A Nunes le cuesta levantar cabeza. Desde mediados de agosto de 2011, durante el Trofeu Ciutat de Palma que midió al Mallorca y al Nápoles, las lesiones han estropeado unos números impecables y le han forzado a pasar más tiempo del necesario en la enfermería. Se pasó en blanco el inicio de la temporada anterior, no volvió a la trinchera hasta finales de año y no debutó como titular hasta mediados de enero. La que debía ser la campaña de su consolidación como el extranjero con mayor recorrido del Mallorca le dejó a las puertas del cielo, con solo 14 partidos.
La renovación de la línea defensiva del pasado verano le señalaba otra vez como el líder natural. De la zaga y del Mallorca. El encargado de ponerle el cemento a un muro repleto de caras nuevas. Sin embargo, todo empezó a torcerse con su expulsión del Reyno de Navarra. De ahí se marchó al banquillo y ahora que parecía que iba a empotrarse de nuevo en el once deberá ser intervenido.
«Es difícil de saber el tiempo que estará de baja por una serie de razones, aunque sobre todo por la edad», explicaba ayer el doctor Munar. «Por este tipo de lesión, como máximo deberían ser ocho semanas, pero dar fechas... Hay que ver cómo evoluciona y cómo está la rodilla cuando la veamos por dentro», agregaba. «Este tipo de lesiones te permiten seguir jugando siempre y cuando no se te quede el menisco enganchado y él empezó a notar molestias una vez acabado el partido», explicaba acerca del hecho de que el luso hubiera acabado el partido del lunes ante el Getafe. «Se recuperará bien, como de la otra rodilla. Está bastante mejor de ánimo que el año pasado porque la experiencia le da tranquilidad. Sabe lo que hay que hacer y que no es tan grave», destacaba el jefe de los servicios médicos.