Mientras Son Moix sigue despoblándose y el Mallorca se acostumbra a representar sus funciones en la intimidad, en el entorno del club la división continúa. Sobre todo a la hora de intentar descrifrar las razones que han propiciado que la entidad camine menos arropada que nunca por las plantas superiores del fútbol español. Y si la crisis representa el único denominador común de la discusión, los horarios impuestos por la Liga de Fútbol Profesional (LFP) o la falta de sensibilidad y detalles hacia el abonado también ilustran un debate que en los últimos días ha vuelto a registrar unas temperaturas poco adecuadas.
El complejo escenario social y económico señala el punto de partida del declive que azota a las gradas del Iberostar. «Las razones están ahí», subraya el responsable del área social del Mallorca, Jordi Morey. «Y han afectado a todos los clubes, aunque también es verdad que no puede servirnos de excusa o consuelo. Habría que establecer una serie de medidas y, seguramente, aplicar fórmulas de captación más agresivas, ya que el producto que ofrecemos es bueno, tenemos un entrenador que ilusiona y se ha cerrado el fichaje de un jugador franquicia. A la larga, la dinámica pasa por cambiar precio por asistencia, aunque también es verdad que los horarios no ayudan y que el cúmulo de circunstancias que influyen es notable», argumenta.
Sin embargo, desde fuera de Son Moix el abanico de las posibles causas se amplía de forma peligrosa. Especialmente desde la Federació de Penyes, donde se recuerda que durante las temporadas anteriores el Mallorca ha descuidado la atención al socio. «Duele mucho llegar a tu asiento a principio de Liga y comprobar que hay espectadores con invitaciones que han ocupado tu asiento», destaca su vicepresidente, Pello Amengual. «No tienen un solo detalle con los socios más fieles», agrega. Otros miembros de la Federació también recuerdan que el descenso en los abonos ya se hizo visible durante la campaña anterior, aunque en aquella ocasión la promoción de 3x4 que lanzó el club maquilló unos dígitos preocupantes y aterradores para el futuro de la sociedad anónima deportiva rojilla.