El Real Mallorca SAD empieza a dejar atrás una de las etapas más negras de su historia para posarse ante el nuevo decorado que marcará un futuro colmado de incógnitas. El club balear superaba ayer de manera definitiva el concurso de acreedores al que se agarró de forma voluntaria hace casi dos años, después de que Delta Sport comunicara a la jueza que ha tutelado el proceso su decisión de renunciar al recurso contra la propuesta de convenio alcanzado el pasado mes de diciembre. La firma deudora de la entidad rojilla tomaba la decisión gracias a la mediación de Utz Claassen, tal y como confirmó la empresa, con sede en la ciudad alemana de Hamburgo, a través de un comunicado oficial.
«Hemos decidido dar marcha atrás por el bien del club. A mí y a la directiva de la empresa matriz con sede en Hamburgo nos ha convencido Utz Claassen, accionista del club, de que es la mejor solución para todos si se aplica inmediatamente el calendario de pagos», destacaba en el escrito Armin Karg, administrador de la sucursal española del grupo Delta Sport SL.
No obstante, la empresa mantiene que los argumentos que le llevaron a interponer el recurso continúan siendo válidos y que sólo la intervención de Claassen durante una reciente visita a Hamburgo ayudó a desbloquear la situación por el bien del Mallorca. «Nos vimos obligados a poner el recurso, ya que desde el club nadie nos dio la más mínima información o explicación», explica el propio Armin Karg en la nota. «Sólo cuando establecimos un contacto con el señor Claassen, después de haber tomado la decisión de interponer el recurso, pudimos hablar adecuadamente del tema. Esto, obviamente, se podría haber resuelto antes y con mucho menos ruido si el club hubiera tenido una actitud más dialogante. Pero mejor tarde que nunca», sentencia. Ahora le toca al Mallorca encarar, a partir de este mismo mes, un exigente calendario de pagos ante una amplia ristra de acreedores.
En el caso de Claassen, vuelve a escena diez días después de presentar el proyecto Força Vermella 2020 , en el que expuso un ambicioso tratado de intenciones (incluido en un dossier de 68 páginas y un anexo con 125 actuaciones concretas de márketing) cuya intención es expandir la marca Real Mallorca para que el club pueda ampliar su horizonte a medio y largo plazo. El alemán, con un 20% de acciones de la entidad en su poder, se ha mostrado especialmente crítico con la gestión de Llorenç Serra Ferrer en los últimos meses y durante su última intervención anunció su deseo de presentarle al pobler una oferta por sus títulos.