Pedro Terrasa Sánchez ya no es director general del Real Mallorca. Llorenç Serra Ferrer despidió ayer al segundo máximo accionista de la SAD balear, tras una reunión del consejo de administración marcada por la polémica. Los estatutos del club detallan que el consejo de administración deberá estar formado por un mínimo de siete miembros, un requisito que no cumple la entidad, por lo que la destitución del director general podría acabar en los tribunales.
El cese de Terrasa supone el punto y final a la tensa relación que mantenía tanto con el presidente como con el director deportivo Serra Ferrer, los principales valedores de su contratación hace apenas diez meses.
Incumplimiento
A las once de la mañana, las dudas planeaban sobre la reunión del consejo de administración por ese incumplimiento estatutario. Desde que Fernando Martos, representante en el consejo de Miquel Àngel y Rafael Nadal, abandonó el órgano de gobierno, el consejo se había quedado con sólo seis miembros, uno menos de lo que dictaminan sus estatutos. Este hecho, además, podría invalidar algunas decisiones tomadas desde entonces (aprobación de las cuentas, fijar la fecha de la Junta General de Accionistas, el nombramiento de Julián Carnicero) y la destitución de Pedro Terrasa adoptada ayer bajo sospecha.
Sin la presencia del segundo máximo accionista -permaneció en su despacho- ni del alemán Utz Claassen -estuvo diez minutos hasta que le dieron un portazo- fue un consejo casi familiar: Llorenç Serra Ferrer, Jaume Cladera, Biel Cerdà y Miquel Coca. Todos ellos optaron por la ley del silencio y se remitieron a un comunicado en la página web: «El consejo ha tomado el acuerdo de revocar a LUZ & SOL 2009 SL la delegación permanente de facultades (Consejero delegado) manteniendo obviamente la condición de consejero. Dicho consejo ha tomado la decisión de cesar a Pedro Terrasa Sánchez del cargo de Director General, máxime cuando dichas funciones eran en la realidad práctica las propias de Consejero delegado», señala el comunicado.