Utz Claassen se personó ayer en los juzgados de Vía Alemania para presentar la querella por supuesta estafa contra Serra Ferrer y Jaume Cladera. La documentación que inicialmente presentaron los abogados del alemán el pasado sábado no fue admitida por el magistrado del juzgado de Instrucción número 9 por existir un error de forma -al parecer faltaba un poder notarial- y ayer el segundo máximo accionista solventó ese pormenor y volvió a presentar la querella contra el presidente y el vicepresidente del Mallorca.
Claassen ha decidido no dar marcha atrás y está convencido de que puede probar que fue víctima de un engaño cuando se le informó que debía pagar 500.000 euros por el diez por ciento de sus acciones. Esta cifra se fijó porque, según Claassen, se le informó de que el precio total que se debía pagar por el cien por cien de las acciones del Mallorca era de cinco millones de euros. Desde los primeros días del mes de enero de 2012, el consejero alemán ha tratado en reiteradas ocasiones de pedir una cita con Serra Ferrer para que éste le explicara con detalle los pormenores que le llevaron a fijar un precio de 500.000 euros por el diez por ciento, pero ni por escrito, ni tampoco en persona, Serra Ferrer ha dado ninguna explicación al alemán.
El valor de sus títulos
Paralelamente, el presidente Jaume Cladera le informó que el precio de sus títulos lo fijó Serra, apartándose por lo tanto de toda responsabilidad, pero Claassen no ha hecho distinciones y su querella está dirigida hacia los dos accionistas mallorquines.
Tras presentar hace ahora justo una semana la denuncia, ésta no fue admitida por derechos de forma y el juez dio un plazo de diez días a Utz Claassen para que volviera a presentarla sin ningún tipo de fleco pendiente. Ayer, tras varias horas de espera, Ultima Hora pudo confirmar cpmo era el propio Claassen quien se dirigía a los juzgados para finiquitar toda la tramitación y dar carpetazo a este primer e importante paso.
Claassen aporta numerosa documentación escrita y testigos que apoyan su versión, mientras que Jaume Cladera está convencido de su inocencia y asegura estar «tranquilo». «Ni yo ni Llorenç hemos hecho nada que no podamos explicar», afirmó el presidente del club en la comparecencia que ofreció el pasado lunes.
Desde hace una semana las relaciones entre todas las partes han sufrido una erosión muy importante porque finiquitada la vía del diálogo, sólo ha restado esperar los acontecimientos y estos se han ido precipitando hora tras hora. Si el pasado sábado al mediodía era el propio Cladera quien instaba a Claassen a tramitar la querella «rapidito» e ironozaba sobre la situación manifestando que «igual quiere que colaboremos para renovar el 'Reichstag'», el alemán se ponía manos a la obra y presentaba la documentación ante el juzgado.
La campaña
El lunes, tras conocerse el paso dado por Claassen, llegó el momento de Cladera que no dudó en apuntar a una campaña orquestada para explicar el paso dado por el consejero germano.
Claassen, que no descarta ampliar su querella, fue posteriormente foco de informaciones que pretendían desprestigiarle, pero que con el paso de las horas fueron diluyéndose como un azucarillo. También se conoció su intención de aclarar las supuestas irregularidades que ha detectado en las actas de los consejos de administración que han ido convocándose durante estos últimos dos años.