Serra Ferrer parece sentirse acorralado. El sobrecoste del primer paquete accionarial que transfirió a Utz Claassen mantiene intranquilo al vicepresidente deportivo del Mallorca, que durante las últimas horas ha buscado un acercamiento con el consejero alemán. Ante la amenaza de una querella criminal por un caso de presunta estafa, el entrenador de sa Pobla ha decidio mover pieza y ha trasladado por escrito una oferta a Claassen para intentar esquivar la vía judicial.
El paso atrás de Serra Ferrer es una evidencia y en el entorno del consejo de administración es interpretado como un reconocimiento de culpabilidad del máximo accionista de la SAD balear. De hecho, en la propuesta remitida por Serra a Utz Claassen se expone la posibilidad de recomprar un 10 por ciento de los títulos de propiedad que tiene en cartera el consejero germano por 500.000 euros más intereses. Paradójicamente, el precio que ha puesto sobre la mesa el técnico mallorquín es el que hizo pagar a Claassen cuando ingresó en el accionariado del Mallorca y que ha originado un nuevo cisma interno.
Semanas atrás y en un escrito remitido a todos los miembros del consejo de administración, Utz Claassen denunció haber sido víctima de un engaño por parte de Jaume Cladera y Llorenç Serra Ferrer. Según la versión del alemán, el actual presidente y vicepresidente facilitaron información falsa sobre la compra del Mallorca para incrementar notablemente el precio de los títulos.
Inicialmente, Serra Ferrer responsabilizó a Mateu Alemany del sobrecoste de las acciones de Claassen, aunque las explicaciones del «Brujo de sa Pobla» fueron desmentidas de forma categórica por casi todos los protagonistas de la historia.
Primero fue el expropietario quien, a través de un comunicado, dejó retratado a Serra Ferrer y poco después fue el propio Utz Claassen quien subrayó no haber mantenido negociación alguna con Mateu Alemay.
Posteriormente fue Jaume Cladera quien admitió en privado al propio Claassen que su grupo había adquirido el Mallorca por un precio muy inferior al aireado por Serra Ferrer durante las negociaciones que mantuvieron hace un año y medio.
Ante la firme intención de Utz Claassen de presentar una querella criminal por un presunto delito de estafa, la situación parece haber dado un giro radical. Serra Ferrer se ha metido en un laberinto e intenta alcanzar un acuerdo con Claassen.
Los abogados del alemán ya han redactado la denuncia y sólo falta trasladarla al juzgado. Serra Ferrer intenta maniobrar y evitar un nuevo escándalo. Ha ofrecido a Claassen algo más de medio millón de euros por el paquete accionarial que ha desatado la enésima tormenta en el seno de la institución bermellona. Eso si, mientras el vicepresidente intenta «firmar la paz» con el ejecutivo alemán, Cladera echa gasolina al fuego: «El tiempo pondrá a cada uno en su sitio», aseguró anoche en Ciutadella al ser preguntado por el consejero teutón.