Se acabó. El sueño copero del Mallorca murió a las puertas de las semifinales, entre una alarmante ausencia de ideas y algún que otro gesto de impotencia. El conjunto bermellón, apartado en todo momento de esa corriente de optimismo que habían originado la gesta ante la Real, el triunfo de Vallecas o la posibilidad de encontrarse con el Mirandés en la sala de espera hacia la final, le tendió la mano a un Athletic muy superior en el contexto global de la confrontación. Y aunque ahora parece evidente que la eliminatoria terminó en San Mamés, también lo es que la escuadra de Caparrós -el técnico tuvo mucho que ver en el fracaso por su inmovilismo- hizo muy poco por abortar el guión previsto. De hecho, lo único que consiguió fue ensuciarlo con un gol desgraciado y con la innecesaria expulsión de Chico (0-1).
De entrada, sorprendió el traje que le puso Caparrós al Mallorca para presentarse a un encuentro tan particular. El técnico acudió al frente despojado de tipos como Víctor o Castro y, extrañamente, reclutó al canterano Álvaro, inédito últimamente, o a Alfaro. Y aunque la noche pintaba para una salida agresiva y en tromba que encogiera al Athletic y le metiera el miedo en el cuerpo, no hubo ni una cosa ni la otra. Más bien todo lo contrario.
Encorsetados
Convencido de que había espacio suficiente para la reacción, Caparrós seguía encajado en su corsé. A la espera. A verlas venir. Como si se tratara de otro simple partido de Liga. Mientras tanto, en la otra acera, el Athletic vivía encantado. Se había encontrado con un encuentro a su gusto y le alcanzaba con preservar el orden interno para sentirse a gusto. Tampoco necesitaba nada más.
Sobre ese escenario, el Mallorca tuvo que invertir casi veinte minutos para producir algo de peligro y darle un poco de color a la velada, que nada tenía que ver con esa jornada mágica que el club había tratado de proyectar. Lo consiguió de manera alborotada, tras una serie de rebotes y sin probar a Iraizoz. Sólo Tissone forzó el disparo, pero se diluyó a muchos metros del marco vizcaíno. La acción, embarullada de principio a fin, sólo encendió el ánimo de la grada, aunque justo después el Athletic volvió a rebajar la temperatura con una ocasión que obligó a Calatayud a exhibirse. De ahí hasta el descanso, ya no hubo noticias del Mallorca.
El equipo rojillo sólo se activó tras la reanudación, aunque lo hiciera en pleno desorden. Caparrós le dio la única alegría de la noche a la hinchada mandando a Castro a la arena y el Mallorca, por fin, se alió a la sensación de peligro.De todas formas, ya era tarde. Muy tarde. La función se acabó después de que Ramis retrasara la bola a Calatayud y ésta se le colara al malagueño bajo la bota para moldear uno de los goles más ridículos de la temporada. El accidente era irreversible y Chico no hizo más que agravarlo con una feísima entrada sobre Susaeta que agrandó la sensación de impotencia.Ficha técnica:
0 - Mallorca: Calatayud; Cendrós ('Chori' Castro, min. 67), Chico, Ramis, Bigas; Pereira, Joao Víctor (Martí, 78), Tissone, Álvaro (Víctor, min. 57); Alfaro y Hemed.
1 - Athletic Club: Iraizoz; Iraola, Amorebieta, Javi Martínez, Aurtenetxe; Ander Herrera (Iñigo Pérez, min. 61), Iturraspe, De Marcos; Susaeta, Muniaín (Toquero, min. 40); Fernando Llorente (San José, min. 85)
Gol: 0-1 min. 75: Ramis en propia puerta.
Árbitro: Del Cerro Grande (comité madrileño). Expulsó con tarjeta roja directa a Chico (min. 90) por una dura entrada a Susaeta. Amonestó a Amorebieta, Ander Herrera, Toquero, Ramis.
Incidencias: Partido de vuelta de los cuartos de final de la Copa del Rey disputado en el Iberostar Estadio ante 10.990 espectadores.