El destino del Mallorca está más abierto que nunca. Después de salvar el primer match-ball del concurso de acreedores y asegurar la firma del convenio, el club balear se plantea ahora varias salidas de cara al futuro a corto y medio plazo que podrían marcar un punto de inflexión en su biografía. La entidad está negociando con varios grupos inversores un posible desembarco en Son Moix y dependiendo de lo que surja de esa conversaciones la SAD tomará uno u otro camino, aunque de momento no puede descartarse ninguna de las vías. Ni la de la venta completa, ni lade la aparición de nuevos accionistas a través de la compra de pequeños paquetes de títulos.
Una de las opciones que lleva más tiempo sobre la mesa del Mallorca es la propuesta de un grupo suizo con el que se han intensificado los contactos a lo largo de los últimos meses. Sin embargo, los responsables de club se siguen mostrando cautos e insisten una y otra vez en la necesidad de contar con las garantías bancarias necesarias, una condición que se exige también al resto de interesados en acceder al accionariado rojinegro. «Lo del grupo suizo es público porque lo hemos dicho en varias ocasiones, pero parece que nunca acaba nunca de cristalizar», señalaba ayer el presidente, Jaume Cladera, en una entrevista concedida a IB3 Televisió.
De momento, eso sí, el Mallorca se ha propuesto dirigir las conversaciones desde la más absoluta discreción. Principalmente, para evitar que se repitan pasajes como los protagonizados en su día por el británico Paul Davidson o el empresario Carlos González, que además de dañar su imagen generaron un clima de inestabilidad que ha seguido pasando factura a la institución a pesar del transcurso de los años.
No obstante, los dirigentes bermellones tampoco no ocultan sus intenciones. «Nos sentiríamos un poco liberados de esta batalla continua que tiene el Mallorca en los medios de comunicación», abundaba Cladera en sus declaraciones a la televisión autonómica. «Lo que no haremos será llegar a un acuerdo con cualquier persona cuya aportación económica no esté atada para el futuro del Mallorca. En eso seremos escrupulosos», sentenciaba.