Es el capitán del Mallorca, una de las voces más respetadas del vestuario y uno de los jugadores más han calado últimamente entre la grada de Son Moix. Sin embargo, lleva demasiado tiempo en la cueva y después de once jornadas de ausencia sigue pareciendo que al equipo le falta algo. José Carlos de Araújo Nunes (Castelo de Pavia, Portugal, 1977) no se acostumbra a vivir en la enfermería y al margen del grupo, pero es consciente de que su recuperación se encuentra en la recta definitiva y eso le basta para recuperar la sonrisa. Después de que una lesión de rodilla amenazara en agosto con cercenar su carrera, afronta su iniminente debut en el campeonato de Liga con la ilusión de un juvenil y, sobre todo, con la sensación de que le queda cuerda para rato.
-Desde que es jugador del Mallorca nunca le había tocado estar tanto tiempo parado. ¿Cómo lo lleva?
-Ahora ya tengo unas ganas tremendas de empezar, de sentirme uno más y ayudar al equipo, de estar bien. Es lo único que quiero. Hay días en los que te vas a casa muy animado y piensas que todo va bien y a lo mejor al siguiente te pasa todo lo contrario y sientes que la rodilla no funciona. Eso te deja un poco más tocado, pero también sabía que me pasaría. Se trata de tener fuerza y de confiar en la gente que tienes al lado. Si por mí fuera volvería cuanto antes, pero el cuerpo, que es muy inteligente, ya se encarga de recordarte que no es posible.
-No está claro cuándo reaparecerá, pero sí que ese partido va a ser muy especial para estar.
-Mucho, independientemente de cuando me toque volver. Lo he hablado últimamente con mi mujer y con mi familia. Cuando tenga que dejar el fútbol lo haré y ya está, pero ahora me doy cuenta de que cuando estoy fuera de él mi mujer no me aguanta, me dice que a ver si seguimos juntos el día que me retire (risas). No soy una persona fácil porque vivo todo esto a mi manera y lo paso fatal cuando no puedo colaborar. A veces salgo jodido de aquí y no tengo ganas de nada, ni de que me hablen. Por eso quiero volver cuando esté recuperado del todo y no ponerme fecha para el regreso, porque que me acabaría afectando anímicamente. Lo importante es volver bien y ayudar al equipo, no que el equipo me ayude a mí.
-¿Se llegó a ver fuera del fútbol antes de tiempo?
-Al principio se me pasaron muchas cosas por la cabeza. Te preguntas que por qué te ha tocado a ti y por qué precisamente en ese momento. Te lo planteas todo. Tengo 34 años y debo ser realista. Estaría encantado de jugar muchos años más, pero con una lesión así tenía muchas dudas de poder hacerlo y era negativo, mucho. Después mi entorno me hizo variar de opinión, cambiar el chip y verlo todo desde una perspectiva mucho más positiva.
-¿Y qué tal ha visto al Mallorca desde la barrera?
-Lo único que puedo garantizar es que se sufre muchísimo más desde fuera. El equipo ha tenido un cambio de entrenador y eso hay que asimilarlo, además de que el fútbol es cuestión de dinámicas. El vestuario y el cuerpo técnico estamos convencidos de que se está haciendo un buen trabajo y que tarde o temprano los resultados aparecerán. Ahora el míster y nosotros nos estamos conociendo y con el paso de las jornadas las cosas cambiarán.
-¿Como espectador ha apreciado las diferencias entre el Mallorca de Laudrup y el de Caparrós?
-Son distintos y no hace falta entender mucho de fútbol para ver que cada uno tiene sus métodos. Y no es que Caparrós sea distinto de Laudrup, es que es diferente a muchos técnicos. El nervio que refleja en el banquillo durante los partidos es el mismo que tiene durante los entrenamientos. Y tampoco creo que sea necesario entrar en comparaciones porque cada uno tiene su estilo y quiere aplicarlo. Nosotros, los futbolistas, debemos captar el mensaje y quien no lo haga ya sabe que lo tendrá más complicado porque el míster nos ha avisado de lo que quiere. Nos sigue faltando el empujón de un triunfo para lograr ese punto de confianza que necesitamos, pero partidos como el del Sevilla nos hacen mantener la ilusión.
-Aun así, los números todavía no invitan al optimismo.
-No podemos ocultar que son los que son. Pero la gente tiene que seguir creyendo y apoyarnos a invertir la situación. Y si no ganamos un partido, que al menos se sientan orgullosos de nuestro esfuerzo y de que nos lo dejamos todo en el campo para defender el escudo y la camiseta.
-Se habla mucho de la falta de gol, pero la defensa, sobre todo a balón parado, también ha sufrido.
-No podemos ignorar las estadísticas y siempre hay aspectos mejorables. Es verdad que debemos ser fuertes en el juego aéreo, pero en el trabajo defensivo, igual que en los problemas para marcar, intervenimos todos. Hay que analizarlo en conjunto y ser equilibrados.
-Chico se lo está poniendo difícil
-Lo está haciendo muy bien, la verdad. Y me lo pone difícil, pero llevo quince años haciendo esto y nunca lo he tenido fácil. Aquí mismo he tenido siempre la competencia de otros grandes centrales y el gran beneficiado es el Mallorca, que puede hacer cambios sin que se noten mucho las diferencias. Mi preocupación es recuperarme y después ya pelearé por un puesto como todos los demás, aunque me alegro mucho por Chico porque es un gran compañero y una gran persona.
-¿Se va a tener que sufrir tanto tanto como la temporada pasada para lograr la salvación?
-Supongo que sí y basta con mirar la clasificación. Abajo hay muy poca diferencias y viendo los puntos de unos y otros se puede repetir lo de la campaña anterior. Nosotros ya tenemos esa experiencia y debemos pensar en cifras superiores a los 41 o 42 puntos de otros años porque esto se pone cada vez más difícil.
-¿Hay Nunes para rato?
-Espero que sí y ojalá las próximas temporadas podamos repetir esta misma entrevista. Pero la experiencia me dice que hay que centrarse en el futuro inmediato, sin mirar demasiado lejos. Si haces planes a largo plazo, las cosas no te salen.