Los trabajadores del Real Mallorca viven un «mal ambiente en el ámbito laboral». Es el análisis que realiza el secretario de acción sindical y ocupación de la Unión General de Trabajadores (UGT), Manuel Pelarda, tras la reunión mantenida entre los empleados del club rojillo y la dirección del consejo de administración de la SAD balear.
El encuentro celebrado ayer en Son Moix, que contó con una participación cercana a las 40 personas y que contó con Jaume Cladera y Pedro Terrasa como representantes del club, deparó como medida de carácter inmediato: la solicitud por parte de UGT de la aplicación de la Ley de Riesgos Laborales. El sindicato considera de «máxima importancia» evaluar los riesgos psico-sociales a los que están expuestos los trabajadores del Real Mallorca y ha fijado como fecha límite el viernes para ajustarse a la normativa. «Existe una base para solicitar la evaluación de riesgos laborales», argumenta Manuel Pelarda, que advierte que «ya hay síntomas» entre los empleados de los problemas psico-sociales que se pueden sufrir en un lugar de trabajo como el que ahora le ocupa: taquicardias, insomnio o ansiedad, entre otros. Si el club no acata las normas el sindicato procederá a encender la maquinaria jurídica.
Pelarda expresó que «UGT quiere ser parte de la solución y no un problema» en el conflicto. El secretario de acción sindical y ocupación de UGT resaltó la predisposición de la dirección del Real Mallorca a desarrollar la reunión con normalidad.
La reunión de los trabajadores con la dirección estuvo precedida por el despido del director de comunicación del club, Jordi Jiménez. Un despido que Pelarda considera «sospechoso». «Llama la atención que una persona que acudía a nuestras listas sindicales sea despedida un cuarto de hora antes de la asamblea», comenta.
El Real Mallorca, por su parte, informó a través de un comunicado oficial en su página web de su postura durante el encuentro con los trabajadores. Según explica la SAD balear, el presidente Jaume Cladera «no hay intención de eliminar ningún puesto de trabajo, dejando de lado cualquier rumorología que pudiera preocupar a los trabajadores». Además, también añadió que su intención es «establecer un diálogo abierto con los trabajadores presentes sobre sus quejas por el supuesto trato dispensado por algunos de los componentes del Consejo».
Acerca de las posibles denuncias de trabajadores a Serra Ferrer y Biel Cerdà por presunto acoso laboral, Cladera aclaró que «no existe demanda alguna» y solicitó «encarecidamente a cualquier empleado que presentara la correspondiente denuncia en los juzgados si se había producido».