Culé confeso y declarado, Gabriel Cerdà fue ayer un hombre feliz. Aunque se sentó en el palco presidencial del Camp Nou representando el consejo de administración del Real Mallorca, a Cerdà se le vio en su salsa. Rodeado por algunos de sus familiares más directos, Cerdà disfrutó como un niño con zapatos nuevos al codearse con los jefes del Barça, el club de sus amores. Cerdà no dudó en repartir abrazos por doquier. En regodearse con los suyos en un escenario donde sí se siente cómodo.
Porque resulta cuando menos inexplicable que Biel Cerdà represente al órgano de gobierno de la SAD balear, pero sea incapaz de acudir al estadio de Son Moix. Sin embargo, no tiene ningún problema de agenda para presentarse en el palco del Camp Nou para dar la cara y exteriorizar su felicidad.
Biel Cerdà, al que las peñas mallorquinistas han pedido su dimisión del consejo de administración, es un personaje declarado non grato por la representación de los seguidores bermellones más radicales, que sin embargo no tiene ningún pudor en sentarse en el palco presidencial...
Junto a Biel Cerdà, acudieron entre otros el máximo accionista y exentrenador azulgrana, Llorenç Serra Ferrer, y el presidente mallorquinista Jaume Cladera. Al final, a pesar de la manita, el consejero azulgrana se lo pasó en grande...