La fractura social del Mallorca se ensancha. Las ampollas que está levantando la gestión de Serra Ferrer entre una parte importante de la masa social rojilla se reproducen casi a diario y parecen haber alcanzado su punto máximo con el distanciamiento definitivo entre el club y la Federació de Penyes. Las agrupaciones, indignadas con la imagen de la SAD y con las actuaciones de algunos de sus consejeros, escenficaron ayer un nuevo capítulo en su cruzada y confirmaron una ruptura que llevaba ya tiempo cocinándose. Recuerdan que seguirán al lado del equipo aunque no intervendrán en la organización de los actos de animación después de que la entidad, molesta con las movilizaciones contra Cerdà, haya tratado de seguir tensando la cuerda.
«Estamos cansados de ver intromisiones, amenazas y malas formas de personajes que sólo han venido al Mallorca a ganar dinero», recordaban los peñistas a través de su presidente, Rafel Martorell, por medio de un comunicado hecho público en uno de los salones del hotel Valparaíso de Palma. «Estamos aquí solos y pensamos que es por culpa de la mala reacción de la propiedad ante la muestra de libertad de expresión que manifestamos el sábado en Son Moix. Queremos reiterar, y no nos cansaremos de hacerlo, las palabras de Jaume Cladera: las acciones del club pueden estar a nombre de una persona o sociedad, pero los verdaderos propietarios somos nosotros, la afición mallorquinista. Y esto convendría que lo tuvieran claro», insistían. «¿Es verdad que Serra Ferrer es el único mallorquinista que hay en el consejo de administración? ¿y el resto, de qué equipo son? ¿qué hacen aquí?», sentenciaban en alusión a las declaraciones formuladas en su día por Miquel Coca.
Martorell, como portavoz de las peñas, apuntaba que «Jaume Cladera nos comunicó que 'Val la Penya' pasaría directamente a manos del club y que nos quieren solo para asistir a las fiestas y hacer de palmeros. Así que queremos recordarle al presidente que la campaña 'Val la Penya' fue una iniciativa única y exclusiva de la Federació, que aportó más abonados que la campaña del propio club. Hicimos casi 800 socios más», resaltaba.
La Federació, además, no cede lo más mínimo en su postura con respecto a Biel Cerdà. «No puede estar ni un minuto más con nosotros, que se vuelva a dónde estaba», reclamaban. «Nos quiso imponer un protocolo de fiestas y aniversarios, con la poca vergüenza de que nunca había sido abonado del Mallorca y, por lo tanto, desconocía nuestra realidad social», seguían argumentando.
Martorell ilustraba su discurso subrayando que «Cerdà ha mostrado un sentimiento de repulsa a todo aquello que tiene que ver con la parte social y, como no, a todas las actividades llevadas a cabo por nosotros. No nos ha gustado nada que quiera manipular la verdad y la lealtad, empleando la amenaza y la coacción contra empleados del club. Ha confundido la prudencia y la buena educación con debilidad. Biel Cerdà, no te queremos. Biel Cerdà, dimisión». Más claro, imposible.