Es un hiperactivo del fútbol. Un enfermizo por la cantera moldeado en los campos de Montilla, Campillo, Alcázar o Manzanares que dejó su puesto de funcionario en un pueblo de Cuenca para entregarse a su pasión. Hace una década, Joaquín Jesús Caparrós Camino (Utrera, 15.10.1955) se subió al tren de la gloria que, tras pasar por Sevilla, Deportivo y Athletic, le ha dejado ahora en la estación del Mallorca.
Después de castigar al equipo con su quinta sesión preparatoria en apenas tres días, recibe a este periódico en uno de los despachos de la Ciudad Deportiva. Con una pizarra a sus espaldas y un puñado de ilusiones en la carpeta, el entrenador sevillano despliega su manual. Pasa de las guerras institucionales, quiere bucear en las tripas de la entidad en busca de alguna joya y cree que competir es el camino más corto para alcanzar la gloria. Tiene prisas por empezar a hablar, aunque con la grabadora en marcha razona sus respuestas. El sábado, ante el Valencia, abre su etapa desde el banquillo isleño.
-Primeros días de trabajo y por lo que se aprecia en los entrenamientos, mucha carga. ¿Qué tal lo asimila la plantilla?
-Los jugadores lo llevan bastante bien. Son conscientes de la importancia que tiene este trabajo para conocernos lo antes posible. La alta competición tiene la ventaja de que ya tenemos muchas referencias los unos de los otros y eso hace más fácil la adaptación y permite avanzar.
-¿En qué nivel se encuentran desde el punto de vista físico, anímico y táctico?
-Están bien. El equipo tiene siete puntos y eso, en una competición tan igualada, es buena señal. En todos los conceptos. Cada entrenador tiene su idea y su método de trabajo, por eso ahora se trata de conocer al grupo de forma directa para intentar sacar el máximo rendimiento. Esa es la primera obligación de un técnico para crecer de forma colectiva.
-Viniendo de una situación como la que está viviendo el club, ¿las cosas están mejor o peor de lo que se imaginaba?
-Lo que sé es por lo que he podido leer desde lejos, pero lo cierto es que este tipo de líos no son buenos para nadie, ni para el aficionado ni para el profesional. Aunque este último tiene la capacidad de aislarse de todos los problemas y de esas situaciones. Pero cuando hay tranquilidad institucional suele trasladarse a lo deportivo y es lo que esperamos ahora.
-¿Le ha sorprendido algo del club o de la plantilla?
-Me han sorprendido varias cosas. El nivel de implicación de los veteranos, como Martí, Aouate, Ramis o Nunes o el nivel de los chavales. Es un grupo muy homogéneo, muy unido, tanto que parece que los que están aquí desde hace poco llevan más tiempo en la plantilla. Es importante darle el mérito de eso a los veteranos. También me ha gustado el filial, que tiene a futbolistas con posibilidades, y las instalaciones, que no las conocía y a las que se les puede sacar mucho provecho.
-Sus equipos suelen ser fuertes y aguerridos, ¿ve esos rasgos en este grupo o hay más arquitectos que obreros?
-Al futbolista que tiene unas condiciones no se las puedes cambiar, pero sí que puedes hacerle verle que debe pensar los noventa minutos en el equipo. Puedes dejar de hacer una acción determinada, pero nunca de pensar. Eso no quita que colectivamente seas un buen jugador o te asocies, que siempre es necesario. Mi obligación es que los futbolistas, sobre todo los de ese tipo, piensen así.
-¿Cómo va a jugar el equipo: al estilo Caparrós o al estilo Mallorca?
-Lo del estilo Caparrós no es más que una etiqueta que nos colocan. Es verdad que le exijo mucho a los futbolistas, pero es por lo que comentaba antes: por encima de todo está el colectivo, aunque también quiero que pongan el talento al servicio del grupo. Hay calidad y velocidad y si todo eso lo trasladamos al grupo y lo hacemos mentalmente fuerte será positivo. Tampoco hay que olvidar que el Mallorca tiene siete puntos. Lo que darían muchos equipos por tenerlos en este parón.
-¿Las cenas y los encuentros que ha organizado en estos primeros días van encaminados que esa fuerza colectiva de la que habla se refuerce también fuera del campo?
-Eso son cosas necesarias, aunque al grupo lo he visto muy cohesionado y muy metido en el trabajo. Tienen capacidad de sufrimiento y están soportando muy bien esa carga de los entrenamientos. Aunque también es verdad que cuando viene un entrenador nuevo el que es un poco más gandulillo hace un esfuerzo para agradar. Espero que ese tesón y ganas tenga continuidad, porque ese es el único secreto para conseguir buenos resultados en la competición.
-¿Al equipo le falta un delantero o una referencia ofensiva?
-Puede que ahí estemos faltos, pero ahora no vale lamentarse de lo que no tenemos. Si estuviéramos al final de una temporada, tendría sentido, pero ahora no tenemos la posibilidad de reforzarnos y lo que debemos hacer es obtener el máximo rendimiento de lo que hay y mirar hacia abajo porque a veces nos obsesionamos y no vemos lo que hay muy cerquita.
-¿Ha visto algún Sergio Ramos o un Diego Capel en las categorías inferiores?
-(Risas) Me gustó mucho el filial en la Copa Federación y así se lo comenté a Miquel Soler en una reunión que tuvimos. Hay chicos muy talentosos, rápidos, dinámicos y eso es bueno porque hoy en un día se buscan ese tipo de jugadores.
-Uno de los puntos que más han lastrado hasta ahora al Mallorca son las jugadas a balón parado.
-Vamos a trabajar eso porque ahí nos tenemos que hacer fuertes. El corazón de un equipo está en la parte defensiva y en ese tipo de acciones tenemos que transmitir muchísima seguridad, por lo que pondremos todos los medios para que así sea.
-¿Cuándo veremos a un Mallorca adaptado a su gusto?
-En el fútbol no hay tiempo y la realidad es que el sábado tenemos un partido importante, el más importante de todos porque es el más inmediato. Tenemos que dar lo máximo y no vale poner excusas o pedir tiempo. La competición no da tregua, más bien al contrario. Te aprieta y te machaca.
-¿Qué es lo que más le interesa conservar del bloque que edifició Laudrup?
-Lo que más me ha gustado es que es un equipo con desparpajo, con un buen concepto del juego y con futbolistas rápidos. Si eso lo unimos a una fuerte mentalidad colectiva podemos obtener una buena mezcla.
-¿Le ha sorprendido algún futbolista de los que no conocía en profundidad?
-No me han sorprendido, porque aún no tengo los elementos suficientes para decir eso. Pero espero que haya más de uno que me dé una sorpresa en ese aspecto.
-En cualquier caso, sí que asusta un poco el calendario que se le viene encima con Valencia, Atlético, Sporting y Barcelona
-La experiencia me dice que a veces el calendario que crees que es más positivo te da la espalda. Y viceversa. Lo único que hay que hacer es confiar en tus posibilidades, prepararte, hacerte mentalmente fuerte, desconectar bien tras un partido y ponerte a pensar en el siguiente. Esta competición premia la regularidad y el que trabaja al final consigue sus objetivos. Si te obsesionas con este microciclo de partidos, al final no te salen las cuentas.
-¿El objetivo sigue siendo la permanencia o se puede mirar hacia arriba?
-Los objetivos, que es un tema que siempre interesa a nivel periodístico, van de partido a partido y los irá marcando el transcurso de la competición. Hay que esperar trece o catorce partidos para que cada equipo sepa dónde tiene que jugar. Nosotros debemos disputar cada encuentro y conocerlo todo, que los jugadores capten la idea del técnico...
-La afición está ansiosa por ver al Mallorca de Caparrós después de ver el carácter que ha transmitido en sus primeros días de trabajo
-Vamos a ver si el sábado ya les podemos transmitir algo, sobre todo la predisposición del jugador. Sería importante sacar un resultado positivo, pero para eso hay que esta a un alto nivel en ataque y en defensa. El Valencia es un rival que, pese a las ventas, se mantiene ahí arriba, pero queremos darle una alegría a la gente de Son Moix.
-¿Le supone una carga extra de responsabilidad saber que, al igual que el de Laudrup en su día, su fichaje ha sido el más ilusionante para el mallorquinismo?
-Llevo muy bien la presión y me meto de lleno en mi mundo. Tengo una línea que trazo con mi cuerpo técnico y es la que sigo. Del entorno no me preocupo demasiado.
-¿Hay muchas diferencias entre el Mallorca y el resto de clubes en los que ha estado?
-La principal es que en mis equipos anteriores había hecho yo la pretemporada y ahora llego con el trabajo planificado y la plantilla cerrada, lo que supone un matiz importante. Pero en cuanto a la estructura y otros aspectos, no hay demasiadas diferencias. Quizá he estado en clubes con más medios, pero la infraestructura de este me ha sorprendido. Tiene grandes medios y una excelente ciudad deportiva que debemos aprovechar.
-¿Le ha explicado Serra Ferrer algo acerca de la guerra institucional?
-Me ha comentado algo, pero quiero vivir al margen de eso. Es bueno que haya paz y unidad, para nosotros y para el aficionado, que quiere que cada noticia que sale del club tenga que ver con lo deportivo. Podrán criticar al entrenador por un cambio, pero eso es señal de que el resto está en orden. Eso, al fin y al cabo, es fútbol. Lo mejor es que lo otro se olvide.