La Federació de Penyes del Real Mallorca acordó ayer pedir la dimisión del consejero Biel Cerdà, hombre de confianza de Serra Ferrer y lo hizo por una mayoría muy amplia ya que se computaron 36 votos a favor de la solicitud de dimisión y 1 en contra, aunque la persona que realizó este voto lo hizo en tono irónico y no por desmarcarse del resto de compañeros.
La Federació está dolida por la imagen que se da del club, por el trato humano que reciben los trabadores y porque no se defiende como se debe el sentimiento mallorquinista.
En un comunicado hecho público al término de la reunión de ayer, la Federació pide «la destitución inmediata del consejero Gabriel Cerdà de cualquier cargo y responsabilidad que tenga o pudiera tener en ésta, nuestra institución». También piden «respeto y buen trato con los empleados del club y el resto de la familia malloquinista» y expresan su «total y absoluto reconocimiento y apoyo a todos aquellos empleados de la entidad que han sido amenazados de forma clara y directa; mención epecial a Jordi Morey, nuestro enlace con el club», destaca el documento.
Máximo respeto
En el punto cuatro se exige «el máximo respeto y cariño hacia todo lo que nos representa o forma parte de nuestro sentimiento: escudo, mascota, historia y especialmente el estadi Lluís Sitjar», precisa el comuniado.
Por último, la Federació de Penyes expresa su deseo «de recuperar el espíritu mallorquinista, lleno de ilusión y esperanza, que permita no volver a caer en errores, como la entrada en el accionariado de una figura como la de Gabriel Cerdà y hacer un llamamiento para conseguir la unidad y recuperar la buena imagen del club», concluyó.
Los miembros de la Federació exhibieron de esta forma su total indignación con Biel Cerdà, el consejero responsable de patrimonio, y que según ellos está jugando con el club sin respetar los más sagrados simbolos, como son el escudo y la historia del Lluís Sitjar.
Hinchada irritada
Precisamente las idas y venidas con el faraónico proyecto del viejo Es Fortí, tienen a la hinchada irritada y ya nadie cree en las promesas de Cerdà y son los primeros que piensan que el club ha vendido mucho humo con este asunto. El proyecto de externalizar servicios tampoco es del agrado de los peñistas, que ya no aguantan más a este consejero, de ahí que se pida a Serra Ferrer que destituya de su cargo a uno de sus hombres de confianza. La situación de tensión a la que somete a los trabajadores y las amenazas sobre la figura de Morey han sido las gotas que han colmado el vaso. La afición se ha manifestado con rotundidad, ahora le toca a Serra decidir... o seguir en lacueva.