Tres días después de incendiar al mallorquinismo con unas explosivas declaraciones, el fuego del caso Laudrup puede quedar hoy sofocado. El trabajo de Pedro Terrasa y Miquel Angel Nadal , que han tenido que arremangarse durante todo el fin de semana para intentar convencer al técnico danés de la necesidad de continuar en el banquillo del Mallorca, va camino de reducir a cenizas la primera hoguera del curso.
Las constantes conversaciones mantenidas con el entrenador, que se encuentra fuera de la Isla, parecen haber dado sus frutos. Laudrup regresará hoy, tras dos días meditando su futuro, dispuesto a seguir. De hecho, a las seis de la tarde, está previsto que dirija el entrenamiento...
Pedro Terrasa y Miquel Angel Nadal han mediado para reconducir la situación. Tanto el director general y consejero delegado de la entidad como el segundo entrenador y accionista consideran que la continuidad de Laudrup es lo más conveniente para el club. Una dimisión tras la disputa de la primera jornada de Liga, con todo lo que conlleva, puede tener unas consecuencias imprevisibles. Un cambio de técnico en este amanecer del curso sería una medida drástica que podría afectar de forma notable al vestuario.
Las explicaciones del dúo negociados parece que surtirán efecto y esta tarde Laudrup se vestirá de corto para dirigir al grupo e iniciar la preparación de cara al compromiso del próximo domingo, a las doce del mediodía, en el Benito Villamarín ante el Real Betis Balompié.
Otro de los motivos que podrían empujar a Laudrup a seguir en el cargo es el compromiso que mantiene con todo su equipo de colaboradores, desde Pep Alomar hasta su inseparable Erik Larsen pasando por Miki Garro o Miquel Angel Nadal. Laudrup se siente comprometido con su equipo y no quiere dejarlos en la cuneta. También con la entidad tiene un buen feeling. Al margen de la fractura abierta con Llorenç Serra Ferrer, el técnico danés mantiene una relación cordial con una parte notable del consejo de administración.
Un punto a su favor es el respaldo de la plantilla. En los catorce meses que acumula en la Isla, jamás han salido voces del vestuario criticando ni el trato ni la figura del técnico danés, que se siente uno más dentro de la caseta y es un entrenador apoyado por sus jugadores.
Uno de los capítulos que han provocado la ruptura entre el vicepresidente deportivo y el máximo responsable de la plantilla apunta al nombre de Marvin Ogunjimi. El desenlace de su caso puede reforzar la figura de Laudrup y debilitar la de Serra Ferrer, en el caso de que la FIFA no le conceda el transfer, como temen desde las entrañas de la entidad, al registrarse su inscripción fuera de plazo.
En este sentido, el técnico vería cómo se le vuelve a escapar de las manos la posibilidad de contar con un delantero, que fue precisamente la única petición que realizó tanto en el pasado invierno como en el actual mercado de fichajes.
Así pues, la guerra que comenzó con las explosivas declaraciones de Laudrup y su posible dimisión, puede acabar con su continuidad al frente del Real Mallorca.