Jonathan de Guzman afronta esta tarde un partido envuelto en espinas. El centrocampista canadiense, que tras el Ciutat de Palma aireó su deseo de fichar por el Villarreal, se reencontrará con la afición de Son Moix en el estreno de la campaña.
Según el propio Laudrup, el centrocampista está listo para ser titular y será «el futbolista de siempre, sin diferencias». Sin embargo, la respuesta de la grada sigue siendo una incógnita que el técnico espera que se resuelva sin problemas. «La afición le aprecia y la mayoría puede entender lo que quiso decir», argumenta. «El problema es que estamos hablando de un equipo que es el enemigo número uno en este momento, aunque yo sigo pensando que continuará aquí y no tengo ningún problema en ponerle», añade.
El futbolista nacionalizado holandés lleva varias semanas en el disparadero, pero en el club crece día a día la sensación de seguirá formando parte de la plantilla más allá del 31 de agosto. Sin embargo, el Villarreal se resiste a darlo por perdido y medita volver a pujar por su servicios después de comprobar que el Espanyol tampoco parece dispuesto a desprenderse de Verdú, al que había señalado como alternativa a su fichaje. El club castellonense podría tratar de agilizar su llegada a partir del lunes, aunque tampoco parece dispuesto a llegar a los ocho millones de euros netos que reclama el Mallorca y todo apunta a que mantendrá su techo en los seis millones y medio.
Mientras tanto, De Guzman ha ido recibiendo muestras de cariño desde dentro de la plantilla y jugadores como Aouate o Gonzalo Castro le han animado a aprovechar la oportunidad subiéndose al tren que conduce a El Madrigal.