Michael Laudrup parece haber encontrado en Oosterbeek con la fórmula que andaba buscando. Descorchaba el danés la fase central de la pretemporada con la idea de moldear el equipo a su gusto, de convertirlo en un bloque compacto, capaz de mantener el equilibrio en defensa y bien armado en ataque. Y tras diez días de 'stage', su grupo se va asemejando cada vez más al modelo que tiene en mente.
Faltan algunas piezas por emsamblar y, por supuesto, muchas aristas que pulir, pero la versión 2012 del Mallorca empieza a reflejar un color saludable. Ha costado, pero el laboratorio de Laudrup está produciendo en Holanda por encima de lo esperado. Y así lo reconoce el propio técnico, a quien se le iluminaba el rostro después del amistoso ante el Nec Nimega.
El conjunto isleño había pasado de puntillas por el Stockholm Football Trophy de Suecia y patinó en su estreno en los Países Bajos ante el Zwolle, pero ya ahí ofreció unas muestras de mejoría que se han confirmado en sus duelos posteriores ante conjuntos de la Eredivisie. «Mi deseo es mantener el equipo 'corto' y lo estamos logrando. Debemos seguir trabajándolo porque es algo que va a ser muy, muy importante durante la temporada», comentaba satisfecho al enlazar dos victorias consecutivas. «Lo más importante, además de la carga de trabajo que hemos acumulado estos días, era ver la organización del equipo y se ha mantenido correctamente, incluso en inferioridad», apostillaba. A simple vista, la madurez del Mallorca responde a un proceso natural.
El vestuario se ha visto sometido a los típicos movimientos del verano, aunque también es verdad que no ha sufrido alteraciones traumáticas. Conserva el esqueleto del curso pasado y los refuerzos concretados hasta el momento han ampliado la profundidad de la caseta, proporcionándole al técnico danés una ristra de recursos que antes resultaban prácticamente inexistentes.
Cimientos lógicos
Y lo que es más importante, la edificación se sustenta en unos cimientos lógicos. Se apuntaló la portería y la defensa para conformar una estructura consistente de cintura para abajo. Ahora solo resta ponerle el broche al ataque (Laudrup ha reclamado públicamente a la propiedad la contratación de uno o dos puntas en función de lo que pase con Webó) porque aunque la vuelta de Víctor ha oxigenado esa zona, es todavía la más endeble de la pizarra. «Tenemos que encajar menos goles y después ya veremos si podemos exigir marcar alguno más», argumentaba el nórdico en su análisis posterior a la función de Nimega.
El En esa misma dirección, Laudrup valora por encima de todo la buena respuesta del Mallorca en su propia área. Es cierto que los adversarios que le han mirado hasta ahora los ojos están un escalón por debajo de los que encontrará en la Liga, pero la sensación de seguridad es notable. «He contado uno o quizás dos ocasiones de gol y el otro día apenas una», subrayaba sobre el partido del Nec. El entrenador tiene ahora varias semanas por delante para 'convencer' a Serra de la importancia de ampliar la artillería lo antes posible. Si lo consigue y no se produce ninguna baja, el Mallorca comenzará a administrar razones para ser optimista.