El 'caso Webó' sigue atascado. El club y el futbolista dieron ayer el primer paso para desbloquear el asunto y encontrar una salida que convenza a ambas partes, pero los plazos se acortan y el acuerdo continúa sin llegar. La cúpula de la entidad, representada por su máximo accionista, Llorenç Serra Ferrer, su presidente, Jaume Cladera; y el secretario del consejo de administració, Miquel Coca, se reunió con el camerunés para escuchar las explicaciones del jugador con respecto a su ausencia en los primeros amistosos del verano. Después de un intenso cambio de impresiones que se prolongó durante casi tres horas y al que también se incorporó Michael Laudrup, la propiedad convocó al representante del camerunés para resolver cuanto antes el problema y hallar una solución. Ya por la tarde, el delantero volvió a vestirse de corto en Son Bibiloni a la espera de noticias, aunque todo apunta a que no viajará junto al resto de la plantilla al stage que comienza el martes en Holanda y que la fecha de caducidad de su etapa como bermellón está ya muy próxima.
La gravedad de los hechos ocurridos durante la estancia del Mallorca en Suecia provocó que las oficinas del club registraran una actividad poco habitual durante un fin de semana a estas alturas del verano. Serra, Cladera y Coca habían citado a Webó a primera hora de la mañana y el futbolista acudía al cónclave, puntual, justo a la hora establecida. Se presentaba con el gesto serio y se marchaba, horas después, con pocas ganas de hablar. Recordaba que por la tarde volvería a ejercitarse y trasladaba a Serra Ferrer cualquier comentario acerca del expediente que el club le ha abierto.
El siguiente en abandonar la reunión fue Laudrup, que se había sumado a la misma tras dirigir la sesión matinal en Son Bibiloni. El danés tampoco arrojaba demasiada luz al conflicto y mantenía su discurso. Insistía en que desea conocer cuanto antes si podrá contar con Webó y recordaba que su presencia en el stage es poco probable. «No tiene sentido que viaje con nosotros de esta forma, es mejor que se quede aquí para arreglarlo. Si al final sigue en el club, que coja después un avión para venir a Holanda y ya está», sentenciaba.
Serra Ferrer, por su parte, destacaba «la buena predisposición de ambas partes» antes de seguir lanzando mensajes: «El futbolista hizo una gran última temporada en todos los aspectos, pero nosotros representamos al club, que se encuentra en un proceso concursal que debemos respetar».
«Todos tenemos la voluntad de arreglar las cosas y le hemos dicho a Pierre que queremos hablar con quienes le representan para encontrar una solución por el bien de los dos», continuaba el máximo accionista. «No podemos aclarar nada si no tenemos esa conversación que nos llevará a decidir una cosa u otra. Pierre podría continuar, pero si eso está por encima de las posibilidades del Mallorca no podemos hacer nada», concluía.