En días de protestas y movilizaciones ciudadanas, el Mallorca también cuenta con un par de indignados a su alrededor. Ayoze Díaz y Rubén González, los únicos futbolistas de la plantilla que finalizan contrato el próximo 30 de junio, empiezan a despejar su futuro y tanto uno como otro se disponen a inaugurar una nueva etapa en su vida que, en ambos casos, escenificarán lejos de Son Moix. El tinerfeño y el gallego siguen sin entender el silencio de la propiedad la hora de valorar su continuidad y emprenden la marcha por una de las puertas traseras del club.
Ayoze abandonará hoy mismo la Isla con todas sus pertenencias a cuestas. El lateral izquierdo, que ha ejercido como bermellón las tres últimas temporadas (llegó procedente del Racing con la carta de libertad en el bolsillo), ha sido titular en el tramo más decisivo del campeonato y Laudrup le ha reclutado en la mayoría de encuentros que había señalado en su agenda. Sin embargo, el Mallorca no se ha dirigido a él para comunicarle sus intenciones y está a la espera de ofertas. De momento, se instalará en Santander junto a su familia a la espera de salidas, aunque tiene más o menos claro que si nadie de la entidad la planteado nada todavía, tampoco lo hará en los próximos días. El futbolista, que estaba dispuesto a seguir vistiendo de rojo, tiene todo el verano por delante para negociar su incorporación a otro equipo.
La baja de Ayoze resulta especialmente llamativa. Además de debilitar una defensa que ha cerrado bajo mínimos la temporada, su marcha deja al joven Kevin García (aunque al final acabó ganándose un sitio en el vestuario debutó esta temporada en Primera División de forma circunstancial) como el único inquilino del lateral izquierdo, una posición que cuenta con pocas alternativas en el mercado y menos aún a un precio asequible, ya que la delicada situación económica que vive el club no le va a permitir realizar grandes desembolsos.
En total, Ayoze ha disputado 21 encuentros durante el curso entre Liga y Copa y abrocha su tarjeta mallorquinista con 68 participaciones en el torneo regular.
El caso de Rubén González es casi paralelo al de su compañero de zaga. Llegó a Palma procedente del Celta en verano de 2009 como el primer fichaje de la era Martí Asensio. Y aunque ni con Manzano ni con Laudrup ha llegado a asentarse en el once inicial, siempre que se le ha necesitado su rendimiento ha sido óptimo. Este año ha intervenido en 12 partidos de Liga y otros 4 de cuatro en los que marcó un gol y su historial en el campeonato doméstico con el Mallorca se amplía a 31 partidos y 3 goles.
Para el central santiagués, en cambio, el horizonte está mucho más despejado y si no aparecen problemas de última hora jugará en Osasuna a partir de la temporda que viene. El conjunto navarro, que va a acometer una profunda remodelación en su defensa, lleva unos meses siguiéndole la pista y va a sumarlo a sus filas sin abonar un solo euro. En lo que sí que coincide con Ayoze es en su malestar con el Mallorca, que tampoco le ha dicho nada acerca de su posible renovación en el último medio año.
Sin Rubén en la caseta, la nómina de centrales también se reduce de forma alarmante y queda a expensas del futuro de Ramis, que ya ha rechazado varias ofertas para salir del Mallorca en los últimos tiempos y que podría ser traspasado en los próximos meses si llega alguna propuesta interesante al Iberostar Estadi.