La Peña Graderío celebró ayer por la noche su fiesta en el restaurante Molí d'es Comte, una celebración anual en la que entregó los trofeos a los jugadores que más minutos sumaron la pasada temporada. Aouate, Nunes y Ayoze recogieron sus premios y recibieron el calor de una de las peñas con solera y que reunió al mallorquinismo un día después de haber conseguido un valioso punto frente al Villarreal. Es la edición número cuarenta de esta fiesta en la que no faltó la cúpula del club balear. El presidente Jaume Cladera acudió al acto junto al vicepresidente y responsable del área deportiva, Llorenç Serra Ferrer. También el director general de IB3 y consejero y accionista del club, Pere Terrassa, acudió al acto que congregó a casi 150 aficionados.
Miguel Garro agradeció la presencia de los asistentes y recordó lo importante que es apoyar al equipo y al club en estos momentos tan importantes en la historia del club y a la vez tan emocionantes en lo deportivo. La peya Graderío fue fundada en 1968 por Joan Pons, Toni Ribas (el Fígaro), ya fallecido, y Miguel Garro; siempre ha tenido el mismo local social de la Calle Balanguera y a esta peña se le debe el himno del Real Mallorca. Junto a la Arrabal, es una de las peñas más emblemáticas del club y ayer volvió a lucir sus mejores galas en una fiesta tradicional en el calenario de celebraciones que se van encadenando cada lunes desde hace varias temporadas. Además, Llorenç Serra Ferrer recibió la insignia de oro de la Peña Graderío por su colaboración con la entidad.