Mallorca 2 ? 0 Getafe
Mallorca: Aouate; Joao Víctor, Nunes, Ramis, Ayoze; Nsue, Martí, De Guzmán, Tejera (Aki, 60); Castro (Víctor, min. 69) y Webó (Cendrós, min. 91).
Getafe: Ustari; Miguel Torres, Cata Díaz , Marcano, Mané; Boateng, Parejo, Casquero (Arizmendi, min. 67), Víctor Sánchez (Sardinero, min. 46) Adrián (Pedro Ríos, min. 46), Miku.
Goles: 1-0, min, 24: Nunes, libre de marcaje, marca de cabeza en el área pequeña tras un córner lanzado por Tejera; 2-0, min. 67: Aki cabecea a la red tras un saque de esquina.
Àrbitro: Ayza Gámez (comité valenciano). Amonestó al Cata Díaz, Víctor Sánchez, Tejera, Marcano, Martí.
Afalta de cinco funciones para ponerle el lazo a la temporada, el Mallorca ya ha cerrado su círculo. Sin ansiedad, sin prisas y sin estridencias. Cuenta la tradición de la Liga que con 42 puntos en el macuto se puede dar por zanjado cualquier debate que se abra en torno a la permanencia y aunque al conjunto balear le quedan todavía un par de exámenes a los que presentarse, el aprobado alto se encuentra bajo candado. El equipo de Laudrup, obsesionado con la visita del Getafe desde que abandonó sonrojado La Rosaleda, se ha encadenado al objetivo que grabó en su mente a principios de julio y salvo que padezca una hecatombe seguirá disfrutando otro año de esas maravillosas vistas que le proporciona la Primera División. La pizarra del técnico danés, representada bajo la lluva por los cabezazos de Nunes y Aki, formateó todo rastro de amenaza y la traca de la salvación está lista para encenderse (2-0). Y ya van quince...
A la caza de una reacción que le devolviera al equipo las constantes, Laudrup estiró los ensayos que había escenificado durante la semana y cosió un once tan extraño como efectivo. Experimentó con Joao Victor como lateral para mejorar la salida del balón, situó por delante a Tejera y desplazó a Nsue hasta la espalda de Webó para subrayar el papel de ideólogo de De Guzman, que vivió entre algodones hasta el pitido inicial por culpa de sus molestias de rodilla. No obstante, lo que le insufló aire al Mallorca en la génesis del encuentro fue la propuesta del Getafe. Los azulones, con un equipo cargado de talento y futbolistas de toque, quisieron amasar en todo momento la bola y cargar con la iniciativa, lo que propició que los locales relajaran los músculos y empezasen a sentirse cómodos buscando petróleo al contragolpe. El cuadro madrileño sugería, el balear golpeaba. Y mientras los primeros se disolvían al aproximarse al entorno de Aouate, los segundos fabricaban ocasiones en intervalos cada vez más reducidos. Tejera, Nsue, Webó y Castro se asociaban con relativa facilidad para apretarle las tuercas a su invitado y medir la fiabilidad de Ustari. Faltaba algo de contundencia para rajar el partido y acentuar un poco más el desequilibrio, pero la sensación de control resultaba particularmente intensa. En todas las franjas y posiciones.
Lo cierto es que tampoco se demoró demasiado el Mallorca a la hora de reemplazar la munición de fogueo por el explosivo real. Tejera, que con su simple presencia en el campo revaloriza las acciones del grupo a balón parado, ejecutó un saque de esquina de manual y Nunes, aprovechando el enorme boquete de la defensa del Getafe, desprecintó su cuenta. Y si antes del cabezazo del luso los rojillos manejaban el encuentro a su gusto, con la ventaja encima todo parecía medio resuelto (minuto 24).
Viendo que nada cambiaba de ahí hasta el descanso, Míchel ideó una revolución que llevó a la práctica en el segundo tiempo. Revolvió el cajón, se agarró a Pedro Ríos y Sardinero y le afiló las uñas a su equipo, aunque ni por esas inquietó a un Mallorca que solo se tambaleaba si se desplazaban algunas de las piezas de su defensa. De hecho, necesitó invertir 55 minutos de esfuerzo para trazar su primer disparo sobre Aouate, que el israelí blocó sin despeinarse. Solo una oportunidad de Casquero (minuto 64) hizo aparecer la sombra del empate. Sin embargo, se trataba de una reacción artificial. Fundamentalmente, porque dos minutos después Akihiro Ienaga iba a apagar la luz. El japonés se había incorporado a la acción en el minuto 60 para cogerle el relevo a Tejera y, de paso, secundó a Nunes como depredador de área en otro córner bañado en oro. Martí asistió y el asiático, sin agobios ni presión defensiva, desplazaba el cuero hasta la escuadra contraria para soltar el telón.
El segundo bofetón rojillo parecía definitivo, aunque fue precisamente ahí donde germinó la cara más agresiva del Getafe y la versión más frágil del Mallorca en su sistema de seguridad. Aún así, las distancias se mantuvieron gracias a la pobre puntería de los azulones. Arizmendi lanzó al cubo de la basura la mejor oportunidad de la tarde mandando al limbo una pelota que sólo debía empujar. El cuadro visitante decidió seguir aumentando la marcha y probó a iniciar la remontada buscando a sus hombres de mayor calidad. Pero Miku y Casquero tampoco habían calibrado el punto de mira y dejaron que el partido se consumiera de forma placentera para el Mallorca. Ahora, los de Laudrup tienen cinco jornadas por delante para darle brillo a sus guarismos y disfrutar. Sobre todo, disfrutar. La misión está cumplida.