El Real Mallorca no se resigna a continuar acampado en Son Moix y sigue soñando con la posibilidad de contar con un nuevo domicilio a partir de la temporada del centenario (2015-16). El consejo de administración del club balear se reunió ayer en las oficinas de Son Moix para analizar un estudio cuya presentación corrió a cargo del consejero Biel Cerdà y el proyecto final verá la luz el próximo 21 de marzo, justo después de ser trasladado a las distintas instituciones públicas.
El propio Cerdà y el presidente del club, Jaume Cladera, desvelaron algunas de las claves de ese estudio, que contempla la construcción de un estadio con capacidad para entre 25.000 y 30.000 espectadores en los terrenos del antiguo Lluís Sitjar. El coste del mismo oscilaría entre los 150 y 200 millones de euros, que se financiarían a través de iniciativa privada y sin ningún tipo de coste para el Ajuntament de Palma.
«El Mallorca no tiene para pagar un estadio y no lo pedimos, sólo una oferta complementaria que permita financiar el nuevo Sitjar. Y hay una serie de personas que pueden acceder a este proyecto», explicaba ayer Cerdà, que recordaba además que el nuevo estadio sería capaz de «dar vida al barrio y de generar 2.500 puestos de trabajo».
Cerdá abundaba en que «nos gustaría hacer el estadio sin necesidad de hacer un centro comercial, pero no existe esta capacidad. Estamos en el extrarradio y queremos volver a la ciudad para contar con un campo de fútbol moderno e integrado en la ciudad al que la gente pueda venir caminando».
El consejero destacó igualmente que en el proyecto se contempla también la remodelación del estadio de Son Moix: «Dejaríamos la tribuna principal y el resto se derribaría. Haríamos pistas polideportivas, un pequeño green de golf, pistas de tenis y pádel o rubgy. Sería una manzana deportiva junto a las instalaciones existentes y tendría un uso diario». «Es un proyecto que enamorará», subrayaba Cladera.