El mismo destino que había congelado su sonrisa le obsequia ahora con uno de los mejores caramelos de su carrera. Miquel Àngel Moyà, salvo sorpresa mayúscula, volverá a apretarse esta noche los guantes. No lo esperaba, pero la lesión de César Sánchez y su repentina salida de la lista de Unai Emery le va a conceder al meta de Binissalem la oportunidad de destapar una temporada que había amanecido entre la bruma. El balear no sólo inaugurará la hoja de servicios de la campaña, sino que lo hará en uno de los momentos más especiales de su vida y ante el club de su corazón. Casi nada.
En apenas unas horas, Moyà pasará de figurante a protagonista. Las pruebas médicas confirmaron ayer que César Sánchez, el portero que le había cerrado el paso desde que se instaló en Mestalla, padece una microrrotura fibrilar en los isquiotibiales de la pierna derecha y a Emery no lo quedó más remedio que darle un vuelco a sus planes. El veterano guardameta extremeño ya disputó con algunas molestias el partido de Liga de Campeones frente al Rangers en Glasgow y se sometió a nuevos exámenes que revelaron que sufre una rotura de 8 milímetros en el músculo semimembranoso de los isquiotibiales de la pierna derecha. En principio, se perderá tanto la cita de esta noche como el encuentro siguiente de Copa del Rey ante el Logroñés. A mitad de la próxima semana, volverá a visitar a los galenos para determinar si está en condiciones de jugar ese fin de semana ante el Zaragoza, también en el centro de operaciones che .
Moyà no interviene en un encuentro oficial desde el pasado 16 de mayo, cuando participó en el cierre de la Liga ante el Tenerife. Su equipo ganó y él mantuvo sellada la puerta, pero antes le tocó hacerse fuerte desde el banquillo. Había iniciado el campeonato bajo el larguero, aunque una serie de desafortunadas acciones le colocaron en el punto de mira y a finales de septiembre, justo después de un empate ante el Atlético de Madrid (Maxi Rodríguez igualó el choque en el tiempo añadido) Emery decidió devolverle los galones a César.
Mala fortuna
Su radio de acción se limitó a partir de entonces a la Copa del Rey y a la Europa League. Sin embargo, su técnico le retiró el resto del crédito a finales de febrero, después de protagonizar un gazapo en el Jan Breydel de Brujas que puso al Valencia contra las cuerdas en la segunda competición continental. A partir de ahí, vivió casi siempre en la sombra. En total, disputó 8 partidos de Liga (encajó 11 tantos), 4 de la competición del KO (6 goles en contra) y 6 de la antigua UEFA (7 dianas recibidas).
Miquel Àngel Moyà, que recientemente ha sido padre de una niña, es ahora un futbolista nuevo y hambriento. Y hoy, examinado al mismo tiempo por valencianistas y bermellones, gastará una bala para demostrarlo.