En la fiesta de El Torito, apareció la samba. El argentino Fernando Cavenaghi irrumpió por fin en el escenario del torneo, el mismo día que comparecieron por la pasarela de la Liga Edson Ramos Da Silva 'Ratinho' y Joao Victor Alburquerque Bruno. El cóctel provocó el mejor partido del Mallorca en el campeonato y su segunda victoria de la temporada, que le permite instalarse en la zona cómoda de la Liga, tras las primeras cinco jornadas.
Desaparecido durante los cuatro primeros capítulos del curso, Cavenaghi justificó la fama que precedió su fichaje. Su pasado en River Plate, Spartak de Moscú y Girondins de Burdeos hablaba de un rematador. De un tipo de área.
Y ayer justificó con creces esa condición con dos goles de delantero centro. De '9' puro. En el primer tanto, recibe de espaldas, amaga con el cuerpo y dispara con la zurda lejos del alcance del guardameta. Y, en el segundo, pegado al palo, sólo tiene que meter el pie para firmar su primera tarde de gloria en la Liga con un doblete terapéutico.
No es Cavenaghi un tipo que participe en la elaboración. Que asuma el poder ofensivo con el balón en sus pies. Que vaya a dejar sentado a rivales por velocidad. Es un ariete con residencia fija en las trincheras enemigas. Hasta la cita de ayer, apenas había recibido un balón en condiciones para explotar todas sus virtudes en el área. Pero cuando tuvo la primera, en una maniobra de auténtico delantero centro, justificó su llegada y el empecinamiento de Michael Laudrup en mantenerlo en el equipo a pesar de las críticas. Dijo el técnico danés que sentar al argentino sería señalarle. Hundirlo anímicamente. Y el futbolista criado en River Plate agradeció el detalle con dos goles que van a aumentar su confianza, después de un arranque de campeonato metido en las tinieblas.
En el podio de la tarde, junto a Cavenaghi también compartieron flashes los brasileños Ratinho y Joao Victor, dos futbolistas que llegaron gratis de la mano de Rivaldo -gracias a un acuerdo de colaboración firmado entre Serra Ferrer y el ex internacional brasileño, presidente del Mogi Mirim- y que han permanecido más de un mes en las galeras. Es una operación sin apenas riesgos económicos que puede generar dividendos.
Condenados al ostracismo por la burocracia -Serra Ferrer tuvo que desplazarse hasta Suiza para obtener de la FIFA el tránsfer internacional de ambos-, los dos brasileños por fin saborearon su estreno en la Liga. Y cumplieron. Sobre todo Ratinho.
El lateral derecho -que guarda un físico parecido a David Castedo- cumplió con creces. Carrilero de carácter ofensivo, de los que le gustan a Laudrup, Edson Ramos (Joao Pessola, Brasil 31.5.1986) irrumpió con descaro por su orilla. Desplegó todo su físico por la banda, como un futbolista de ida y vuelta, y en defensa supo contener su orilla.
Habrá que ver su rendimiento ante empresas de mayor calibre -el próximo domingo en el Camp Nou- pero dejó buenas sensaciones en su primera aparición.
Formado en el Mogi Mirim, en el verano de 2007 recaló en el AEK Atenas... dirigido por Serra Ferrer. De inmediato se adueñó de ese carril derecho del conjunto griego, disputando un partido de previa de Champions y media docena en la UEFA. En febrero de 2009, Ratinho hizo las maletas para emigrar al PFC Bunyodkor uzbeco.
A la hora de partido, irrumpió Joao Victor (Olinda, Brasil, 7.11.1988). Centrocampista con dotes de organizador, llegada y buen disparo, apenas entró en contacto con el balón, aunque dejó algunos detalles y asumió el mando de las operaciones en la sala de máquinas junto a Pep Lluís Martí.
Con cierto parecido en su trote al del rumano Galca, aunque más alto, Joao Victor quiere demostrar que tiene mucho recorrido por delante.
Formado en el Náutico de Brasil, en 2005, permaneció allí dos temporadas, hasta recalar en el Treze PB y finalizar el curso cedido en el Sao Caetano. En la temporada 2008-09, también emigró hasta Uzbekistán, donde coincidió con Ratinho y el propio Rivaldo.
La Real Sociedad también colaboró para que el trío de sudamericanos recopilara elogios. El próximo domingo, el Barça medirá la fiabilidad de la samba y la fuerza de 'El Torito'.