Serra Ferrer está viviendo una pretemporada diferente y no tiene nada que ver con las que había vivido durante su etapa como entrenador. Ha cambiado el silbato y el chándal por el trabajo de despacho y por la toma de decisiones en todas las áreas del club. El equipo terminó el stage , pero queda mucho por hacer. Esta es la hoja de ruta de Llorenç.
Serra es por encima de todo un hombre de fútbol y sabe que cerrar definitivamente la confección de la plantilla es una gestión fundamental por muchos motivos. Sin embargo, hay dos factores que motivan que Llorenç no pueda ir a la velocidad que desearía. En primer lugar la situación de concurso en la que está inmerso el club ralentiza gran parte de las gestiones y de las negociaciones abiertas bien para traspasar jugadores o para adquirirlos en propiedad.
Por razones presupuestarias el club tiene parte de su plantilla en el mercado porque la realidad económica del Mallorca impide mantener fichas tan altas. En este sentido la entidad escucha ofertas por Webó -cuenta con propuestas del fútbol turco- Lux y Keita, mientras que trata de negociar la renovación de Iván Ramis, cuyo contrato finaliza la próxima temporada y por lo tanto trata de renovarlo o traspasarlo. Pero también hay futbolistas que pese a tener un buen cartel en el mercado, interesa su continuidad como es el caso de Gonzalo Castro. El jugador ha manifestado en reiteradas ocasiones que su futuro puede estar lejos de la Isla, pero por ahora sigue. No hay ninguna oferta concreta por él y mientras esto no ocurra el jugador va a continuar en la disciplina del equipo balear.
Corrales y Josemi también están en el escaparate, pero el primero no tiene ofertas y el segundo ha rechazado la posibilidad de ir a la Liga francesa. No son situaciones fáciles.
Uno de los aspectos más desagradables que debe afrontar el club radica en la aplicación de un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que afectará a todas las áreas del Mallorca. En su objetivo de aplicar una economía de austeridad, el equipo de Serra se ve en la necesidad de recortar gastos y eso implica reducir el número de empleados en nómina. Llorenç todavía no tiene las manos libres para que tanto él como su equipo inicien el trabajo de planificación sin sufrir ingerencias. Para ello se debe resolver la salida de Nando Pons y sus colaboradores. A partir de ahí Serra, Alomar y Pep Sansó tendrán máxima libertad para planificar.
Al margen de los problemas deportivos y extradeportivos que debe afrontar Serra, en el consejo existe un conflicto 'aparcado', pero que en ningún caso está cerrado y que tiene al presidente Pep Pons como principal protagonista.
Su salida de la embajada de España en Viena coincidiendo con un problema de acoso laboral con una de sus empleadas, abrió una crisis en el órgano de poder del club. Pons se ha apartado de la primera línea a la espera de que se resuelva este asunto, pero en el consejo se espera que tarde o temprano el presidente presente su dimisión. De momento Jaume Cladera está asumiendo sus funciones de representación.