Alrededor de 2.000 personas se reunieron ayer en la rotonda de Can Blau para manifestar su malestar por la decisión de la UEFA de expulsar al Mallorca de la Europa League y reclamar que el conjunto bermellón pueda disputar la competición de plata del fútbol europeo la próxima temporada.
Los organizadores del acto habían convocado a los aficionados rojillos a través de las distintas redes sociales de internet para intentar que todas las voces del mallorquinismo se aunaran para clamar justicia, y reivindicar de esta forma que la entidad presidida por Michael Platini de marcha atrás en su decisión de otorgar al Villarreal la plaza que el equipo isleño logró brillantemente durante la pasada campaña.
A falta de un cuarto de hora para el inicio de la manifestación (fijado para las 18:00 horas), los organizadores no las tenían todas consigo, puesto que el número de personas congregadas no superaba el medio millar, pero se dieron finalmente por satisfechos pasadas las seis de la tarde. Fue entonces cuando hicieron acto de presencia en la rotonda de la Via de Cintura los seguidores bermellones que faltaban. Buena parte de ellos viajaba en los autobuses públicos que salen desde la Plaza de España y se habían visto perjudicados por el denso tráfico de la calle Aragón.
Así pues, no fue hasta las seis y diez cuando dio inicio la marcha rojilla, que se desplazó desde la rotonda de la carretera de Manacor hasta las oficinas que la Federació de Futbol de les Illes Balears tiene en el campo de Son Malferit cortando el intenso tráfico que existía a esa hora de la tarde. Allí les recibió el presidente de la FFIB, Miquel Bestard, que quiso estar presente en un día de tanta importancia para el mallorquinismo y adelantó su regreso vacacional para sumarse a la causa rojilla.
El aparcamiento situado enfrente de la sede de la Federació se convirtió en el lugar de reivindicación improvisado para que los más de mil aficionados bermellones reunidos soltaran la rabia acumulada durante estos siete días y entonaran todo tipo de cánticos a favor del Mallorca y en contra de todas aquellas personas y entidades que, según su opinión, han impedido que el sueño europeo del conjunto balear se haga realidad.
Los blancos elegidos por los aficionados mallorquinistas fueron la UEFA y su máximo mandatario, Michael Platini, la Real Federación Española de Fútbol y su presidente, Àngel María Villar, y el Villarreal y la figura de su presidente, Fernando Roig. Tampoco se salvó de las iras de los seguidores bermellones el presidente de la FFIB, Miquel Bestard, que fue señalado por un sector de la afición a pesar de haber hecho todo lo posible para que el Mallorca pueda defender su plaza europea el próximo curso.
El presidente de la Federació de Penyes Mallorquinistes, Xisco Bauzá, se convirtió entonces en el maestro de ceremonias y fue el encargado de dar por concluído el acto con la siguiente afirmación: «Hoy, más que nunca, me siento orgulloso de ser mallorquinista. Nunca olvidaré esta emocionante jornada», sentenció.