El interés del Valencia por Aduriz no disminuye, aunque el tira y afloja entre los responsables del club de Mestalla y el representante del futbolista mantiene congelada la operación. La entidad levantina inició ayer una profunda remodelación interna con la destitución de su director deportivo, Fernando Gómez Colomer, aunque eso en principio no debería afectar al posible traspaso del punta vasco, por el que apuesta personalmente el presidente Manuel Llorente. Al margen de eso, el conjunto de la capital del Turia también se plantea la posibilidad de pujar por Gonzalo Castro siempre y cuando se concrete la salida de Juan Mata.
El Valencia sigue peleando en dos frentes para suplir las bajas de David Villa y Nikola Zigic. Por un lado pretende hacerse con los servicios del jugador del Getafe Roberto Soldado, pero lo hace sin apartar en ningún momento la mirada de Son Moix, donde se esconde otro de sus grandes objetivos. Sin embargo, en el caso de Aduriz, quedan todavía muchos conceptos por aclarar y el club valencianista no tiene demasiada prisa. En estos momentos, la principal diferencia radica en que el futbolista quiere firmar un contrato para las cuatro próximas campañas y mantener la ficha que percibe en el Mallorca (en torno a un millón de euros), algo que no convence a la directiva che. En cualquier caso, las dos partes esperan desbloquear la operación durante las próximas semanas y aunque otros clubes como el Getafe o el Villarreal están a la expectativa, las perspectivas valencianistas (disputar la Liga de Campeones o tener garantizado un buen puñado de minutos) parece que serán decisivas a la hora de completar el puzzle. Y en ese mismo sentido ayer se especulaba en la capital valenciana con la opción de el barcelonista Zlatan Ibrahimovic acabe en Mestalla, aunque la delicada situación económica de la entidad hace prácticamente imposible que el sueco tome ese camino.
En cuanto a Castro, todo dependerá de lo que ocurra con Mata, al que el Valencia intenta traspasar este verano aprovechando el tirón mundialista del extremo asturiano. Si es así, el Chori se colaría entre la nómina de posibles sustitutos.