El consejo de administración del Real Mallorca se reunirá esta tarde en las oficinas de Son Moix (18.00 horas) para abordar los últimos acontecimientos que han alterado la vida del club. En principio, se trata de un encuentro de carácter ordinario, pero el preconcurso en el que anda inmerso la entidad o la trama inmobiliaria tejida en su día por Nando Pons y Marcos Martín amenazan con convertir el encuentro en un consejo de guerra.
A Mateu Alemany se le amontona el trabajo. El máximo accionista y consejero delegado, que ayer redactó una carta dirigida a los socios en la que les explicaba el crítico momento por el que atraviesa el Mallorca, tendrá que exponerle ahora la situación al órgano gestor de la SAD isleña. En ese sentido, el tema central será la maniobra ejecutada por el club a mediados de la semana pasada, cuando registró su insolvencia en el Decanato Civil de sa Gerreria para protegerse de un posible concurso necesario instado por algún acreedor. A partir de ahora, Alemany dispondrá de casi tres meses para negociar el vencimiento de su pasivo y moldear un nuevo escenario, por lo que es probable que esta tarde defina ante el consejo las nuevas coordenadas de su libro de ruta.
El otro gran tema que se pondrá sobre la mesa es la dimisión de Nando Pons y Marcos Martín. Tal y como avanzó este diario el viernes pasado, el director deportivo y el responsable de la cantera han creado múltiples sociedades a lo largo de los últimos años con fines inmobiliarios. Además, uno y otro se aprovecharon de su cargo de privilegio en el Mallorca y vendieron, a través de la sociedad Mallorca Klepe SL, un chalet situado en el barrio palmesano de Gènova al futbolista Fernando Varela.
La trama inmobiliaria de Pons y Marcos (en la que también intervenía Leo Franco, que cuando se constituyó Mallorca Klepe SL todavía formaba parte de la plantilla del Mallorca), ha sido catalogada por casi todos los estamentos mallorquinistas como «poco ética» y va a propiciar que algunos consejeros exijan hoy formalmente su dimisión inmediata. Por si eso fuera poco, el propio Pons ha contraatacado en las últimas horas filtrando que el vicepresidente, accionista y consejero José Miguel García alquiló casas a otros jugadores con pasado rojillo. Una y otra parte han desenterrado el hacha. La guerra ha empezado.