El técnico del Palma Futsal, Antonio Vadillo, tiene claro que repetir presencia en la Final Four de la Champions «es una maravilla» y que nadie sabe cuando podrá vivirse de nuevo esta situación, por lo que su mensaje al equipo ha sido claro: «Nos tenemos que dejar la vida». «Hay que disfrutarlo y competir al máximo», resume el preparador jerezano en la víspera de la reedición de unas semifinales ante el Benfica este viernes en el que espera que los suyos demuestren que son un equipo «camaleónico» para paliar las ausencias en la posición de pívot.
El preparador del vigente campeón de Europa resta trascendencia a la racha de resultados negativos con la que han llegado a Ereván y ve «muy mentalizado» al vestuario. «El foco estaba en este fin de semana desde hace tiempo y hemos estado preparando cosas que nos íbamos a encontrar. Hemos hecho una buena temporada a pesar de las adversidades que han sido muchas por la falta de continuidad, los parones, las lesiones y el equipo está mentalizado», ha señalado Vadillo, que exhibe su fórmula: «Sabemos el guion que le interesa a un gran rival como Benfica con mucho potencial y muchas individualidades y tenemos que saber contrarrestar sus virtudes para imponer las nuestras», explica.
El entrenador del Palma Futsal no oculta que las bajas de Tayebi por lesión y Bruno Gomes por sanción condicionan, pero remarca que una de las principales virtudes de su grupo es que son «un equipo camaleónico». «Tenemos capacidad para jugar con el marcador a favor o en contra, jugadores con experiencia y versátiles y tenemos que sacar el máximo rendimiento de los que tenemos. Hay que competir cada minuto y cada metro de la cancha», añade.
De cara al choque ante el Benfica aguarda una semifinal «con muchos minipartidos» en el que considera clave «saberse manejar» cuidando al máximo «los detalles» y teniendo «acierto en las áreas que es lo que cada vez marca más las diferencias». Eso sí, ve un partido «diferente» al del año pasado por los muchos cambios que ha experimentado su plantilla respecto a un rival que conserva el bloque y ante el que el factor sorpresa del debutante ya no es el mismo.