Treinta y siete años después de su gran gesta, el nombre de Stephen Roche (Dundrum, Dublín, Irlanda, 28 de noviembre de 1959) vuelve a salir a la palestra. No hace mucho lo hizo en Mallorca, donde trabajó durante años como uno de los referentes del 'boom' del cicloturismo. Y lo fue por una denuncia presentada por varios hoteles y sociedades contra el ganador del Giro, Tour y Mundial en 1987. El mismo logro que ha firmado el esloveno Tadej Pogacar en 2024 y que, únicamente Eddy Merckx, él y el irlandés tienen en sus vitrinas en una misma temporada.
Rememorando ese año mágico con el periodista Ian O'Riordan, Roche apunta que buena parte de los recuerdos de 1987 estarían en Mallorca, centrándose en bicicletas y maillots de ese año. «Mucho todavía está en España, encerrado en Palma. Uno de los hoteles donde trabajaba los confiscó, lo cual no fue muy agradable, y ahora nadie puede encontrarlo», explica el excampeón mundial, quien asegura que aspira a que llegue un día en el que «pueda poner un cheque sobre la mesa y decir que sólo estoy dispuesto a dar el cheque si me devuelves los recuerdos».
Ahí toca rebobinar la cinta, echar la vista atrás y recordar aquellos años en los que Stephen Roche era una de las grandes estrellas que pasaban por Mallorca de manera regular. Su negocio de cicloturismo funcionaba en varios hoteles, especialmente de la zona de Calvià. Pero en 2018, Shamrock Events, la empresa que dirigía, colapsó y varios de los establecimientos con los que trabajaba emprendieron acciones legales contra el exciclista irlandés.
«Todo el material se lo llevó el juzgado para subastar, cubrir el concurso y pagar las deudas», recuerda un empleado de uno de los hoteles afectados en su día, a la vez que recuerda que «intentó recuperar (Roche) sus bicicletas para llevárselas a Bulgaria...». Rememoran también los problemas para deshacerse de una furgoneta suya, estacionada durante mucho tiempo junto a un hotel en el que trabajó el ganador del Tour de 1987 por delante del español Pedro Delgado -que ganaría la edición de 1988- y el francés Jean François Bernard.
Como anécdota, lo que fue la oficina de Roche ha acabado siendo el 'Kids Club' de uno de esos hoteles, próximo a otro en el que mencionar su nombre provoca un cambio de tono y gesto por parte de sus empleados. «Dejó mucho dinero a deber y no creo que cobremos; primero van los trabajadores, Hacienda, la Seguridad Social...», aseguran, prefiriendo no recordar esa etapa ni a esa estrella que acabó siendo un problema para varios empresarios de Mallorca.
El colapso de la empresa de Roche llevó consigo una serie de denuncias en 2019 por parte de los afectados, iniciándose un proceso legal que acabó a principios de 2024, cuando la Audiencia Provincial declaraba al exciclista «culpable» de la quiebra de Shamrock Event SL, considerando que, como único socio y administrador de la sociedad, desvió miles de euros antes de la declaración del concurso necesario. Ello trajo consigo una inhabilitación de dos años para administrar bienes ajenos y la obligación de pagar las deudas de la empresa.
Unas cantidades que rondaban los 400.000 euros, entre los 172.000 que se le acusa de sacar de la sociedad y el déficit que ha presentado el concurso, que se estima que en 2020 habría iniciado la liquidación de bienes por parte de una administración concursal dirigida desde Madrid. Ahí podría haber acabado el 'tesoro perdido' de Stephen Roche.
Las pérdidas fueron elevadas entre 2017 y 2018, cesando su actividad al año siguiente, arrastrando un pasivo de más de 800.000 euros entre hoteles y diferentes sociedades de la Isla, que acudieron al juzgado en 2019 para instar la declaración de concurso forzoso contra Shamrock Event SL. Eso sí, el fallo de la Audiencia aceptó algunos de los argumentos del irlandés, que vio reducida su responsabilidad civil en más de 500.000 euros, además de rechazarse un posible alzamiento de bienes por la desaparición de un vehículo de su empresa -la furgoneta antes mencionada- del que no llegó a disponer la administración concursal.
La sentencia, eso sí, no deja en buen lugar a Roche, a quien acusan de agravar «la situación de impago» y el perjuicio «a los deudores con su conducta». Ese abrupto desenlace puso fin, por ahora, al idilio entre Sptehen Roche y Mallorca, su primer gran destino y escaparate en su nueva faceta como empresario.
Años después, el destino de su 'tesoro' sigue siendo un enigma, aunque lo único claro es que ya no está en el lugar en el que lo dejó su propietario. Un misterio que, 34 años después de aquella gesta, vuelve a poner en el foco la figura de aquel ciclista que ayudó a situar a Mallorca dentro del mapa cicloturista mundial, pero acabó saliendo de ella por la puerta de atrás.