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El reloj y el Col de Loze, claves en la semana fantástica del Tour; Rodríguez por el podio

Después del descanso, este martes vuelve el Tour con una crono que se presume decisiva

Imagen de Jonas Vingegaard del pasado domingo. | STEPHANE MAHE

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El cronómetro y dos etapas de montaña decidirán el Tour de Francia 2023, que entra en una semana fantástica y decisiva con el pulso cerrado en 10 segundos entre el líder danés Jonas Vingegaard y el esloveno Tadej Pogacar y la esperanza de que Carlos Rodríguez logre mantener la tercera plaza del podio.

La segunda jornada de descanso en plenos Alpes fue una bendición para un pelotón que ya acusa «la tralla», -expresión de Carlos Rodríguez,- de las dos primeras semanas. Los favoritos al maillot amarillo y los aspirantes al podio y aledaños, aprovecharon el día para ampliar horas en la cama y salir a inspeccionar la contrarreloj del martes, donde se van a aclarar las posiciones y las estrategias posteriores.

Será una recta final apasionante, con todo por decidir. Vingegaard y Pogacar llegan a la zona volcánica casi empatados, solo 10 segundos los separan, pero también es cierto que en este Tour un puñado de segundos pueden ser decisivos. El danés metió tiempo al esloveno en la primera etapa pirenaica, y Pogacar devolvió los arañazos en la segunda y en el Puy de Dôme.

Parecía una remontada cantada, pero Vingegaard sumó la bonificación de 8 segundos en el Joux Plane y aguantó los arreones del rival en los Alpes. Igualdad máxima y planteamientos claros ante la última semana. El nórdico se muestra escéptico como método defensivo. Ante la crono se muestra optimista. «Me gustan las cronos cortas y también los cambios de ritmo»., asegura.

Por su parte, Pogacar, celebra el hecho de ir «solo» a 10 segundos del líder, y advierte desde su hotel de descanso sobre la trascendencia de la crono y la subida del miércoles al Col de la Loze.
«En la contrarreloj habrá diferencias, además la etapa del día siguiente, con uno de los ascensos más duros del mundo, también sea decisiva. Y luego la vigésima», señaló en relación a la etapa de los Vosgos.

Con las dos primeras plazas pendientes de conocer el orden de los nombres, el tercer escalón descansó con el nombre grabado de Carlos Rodríguez, el debutante de 22 años que puede volver a poner al ciclismo español en el podio de París el próximo domingo. «Carlitos», admirador de su tocayo Alcaraz «por su juventud, actitud y su lucha», se encuentra a 5.21 minutos del líder, pero esa no es su guerra.

El objetivo del corredor de Almuñecar, autor de la tercera victoria de etapa española en la segunda semana, también se mueve por márgenes estrechos. Aventaja en 19 segundos al británico Adam Yates (UAE) y en 1.17 minutos al australiano Jai Hindley, quien no ha tirado la toalla. «Por un puñado de segundos», será la película que van a interpretar los forajidos del Tour.
Desde Sallanches, en el hotel del Ineos, Rodríguez conoció el nivel de repercusión de su actuación en el Tour.

«Estoy cansado por la tralla de estos días, veo que la repercusión es grande, pero me centro en lo mio y no me quiero subir a las nubes. Mañana tenemos una crono dura y daré el máximo. Nunca sabes dónde tienes el rival. Tal vez la mejor etapa para mí sería la de Courchevel y el Col de la Loze será clave», dijo minutos antes de salir a rodar.

La semana se abre este martes con una crono, semicronoescalada de 22,4 entre Passy y Combloux, que incluye un puerto de 2a de 2,5 km al 9,4 por ciento. Para Josean Fernández Matxín «el Tour se jugará a partir de la crono, cambiará mucho estar por delante o detrás, no es lo mismo atacar que defender. Todo dependerá del resultado de la crono».

Vuelve la alta montaña el miércoles con 4 puertos. Después de superarse el Col des Saisies (1a), Cormet de Roselend (1a) y la Cota de Longefoy (2a), llegará el plato fuerte, el Col de la Loze (Especial, 28,4 km al 6) y con bonificaciones en la cima, situada a 6 km después de un peligroso descenso.

El jueves respiro con la vuelta al llano, una jornada de 184 km entre Moûtiers y Bourg-En-Bresse donde volverán los esprinters después de su suplicio por las montañas. Para un día después cita con un perfil ondulado propicio para las fugas. Antesala de la traca final.
Último día de competición pura el sábado en los Vosgos entre Belfort y Le Markstein, etapa corta, de 133,5 km, pero explosiva. Nada menos que 6 puertos, en un sube y baja sin respiro. El último escollo, el Col de Platzerwasel (1a, 7,1 km al 8,4), con la cúspide a 8 de meta.
En Le Markstein saldrá la foto del podio que se repetirá en París el domingo después de la clásica etapa de homenaje al campeón. Será el punto final del 110 Tour de Francia. Hasta ahora el Tour de la igualdad.

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