El australiano Jai Hinley (Bora Hansgrohe), ganador del Giro 2022, revolucionó el Tour de Francia en el primer asalto de los Pirineos firmando un doble golpe, triunfo en la quinta etapa, disputada entre Pau y Laruns, de 162,7 km, y maillot amarillo de líder, en una espectacular jornada en la que el defensor del título, Jonas Vingegaard, endosó a Tadej Pogacar 1.04 minutos.
Espectáculo de principio a fin en los Pirineos con dos protagonistas. Por una parte Jai Hindley (Perth, 27 años), ganador de etapa, líder y ya candidato a todo, y por otra, el danés Jonas Vingegaard, el defensor del título y gran favorito, quien fulminó a su gran rival, Tadej Pogacar, en las rampas del Marie Blanque, destapando las miseria de la estrella eslovena
En una jornada loca de principio a fin, Hindley, debutante en el Tour, hizo bueno un ataque a 1,7 km de la cima del Marie Blanque para marcharse en solitario hasta Laruns, donde alzó los brazos con tiempo para el deleite, pues a 32 segundos entró un primer grupo con Ciccone, Felix Gall, Buchmann y Vingegaard. A 1.38 otro con Pogacar, en serias dificultades, el español Carlos Rodríguez y el exlíder Adam Yates.
En un rosario de corredores pasó la meta a 2.54 minutos Mikel Landa, lejos en todo momento de los mejores, y a 3.21 el colombiano Egan Bernal. Una jornada de eliminación y resistencia que dejó conclusiones importantes.
Hindley se suma al furgón de favoritos. El ciclista «aussie» tiene pedigrí de campeón, ganó el Giro 2022 y es un enorme escalador. Líder del Tour con exhibición incluida. Luce con orgullo el maillot amarillo, con Vingegaard a 47 segundos, Ciccone a 1.03, Buchmann a 1.11 y Adam Yates a 1.34.
Pogacar desciende a la sexta plaza, a 1.40 minutos, pero no tira la toalla. "Con el ataque de Vingegaard no pude hacer nada. No hay nada perdido, pero ha sido un golpe duro", dijo. Carlos Rodríguez, hecho un jabato, es noveno a 1.56, y Mikel Landa es decimotercero a 3.13.
Primer asalto pirenaico y escenario propicio para el duelo entre favoritos. Por delante 70 km favorables a través del Valle de Ossau y desde el ecuador dos puertos de postín, el Col de Soudet, el primero de categoría especial (15,1 km al 7,2 %), y el Marie Blanque (1a, 7,7 km al 8,6 %), para completar un desnivel acumulado de 3.400 metros.
De salida, explosión en el pelotón, desde el banderazo estampida hasta que se formó una fuga numerosa con 36 corredores, entre ellos el gregario de lujo de Vingegaard, y sin embargo figura del ciclismo, Wout Van Aert, a solo 16 segundos del maillot amarillo.
Una aventura peligrosa para Pogacar, por lo que el UAE puso a sus hombres a tirar del pelotón. Un esfuerzo permisivo, pues la escapada con Van Aert y Campenaerts llegó a pie de puerto con 1.10 sobre los perseguidores y 2.38 respecto al grupo de favoritos.
En la subida hubo reunificación, pero entre la multitud salió el francés Felix Gall para coronar en solitario el Soudet, con los rivales ya a rueda. Un espejismo, pues la etapa se la iban a disputar entre los componentes de la escapada inicial. Mucha calidad en la expedición, el omnipresente Van Aert, Daniel Felipe Martínez, Chaves, Urán, Alaphilippe, Hindley, Ciccone, Mulhberger y «Juanpe» López, entre otros.
La carrera se desbocó en el ascenso al Marie Blanque, puerto legendario que acumula su mayor dureza en los últimos 3 km con porcentajes de dos cifras. Allí llegó la revolución total. En la fuga Hindley decidió atacar a 1,7 km de la cima y 20 de meta.
Un hachazo que despejó el horizonte, Hindley se quedó solo, hundió a todos los rivales de la fuga y fulminó a Van Aert. Mientras se abría camino hacia la gloria y era líder virtual, y por detrás otro héroe del día se ponía las alas, nada menos que Jonas Vinggaard, quien había visto detalles para pasar a la ofensiva.
El nórdico despegó a 1,3 km de la cima del Marie Blanque al ver «mala cara» en el esloveno. En la cumbre ya tenía 40 segundos sobre Pogacar, en serios apuros y sin equipo. Vingegaard inició su contrarreloj particular, fu cazando a corredores escapados hasta llegar al grupo de Ciccone, Gall y Buchmann. El líder no se quejó de falta de colaboración, apretó los dientes y tiró de todos hasta la meta. Cada segundo a Pogacar era de oro.
El esfuerzo de Vingegaard no bastó para ganar la etapa, Hindley había volado y ya estaba en meta celebrando su primera victoria en el Tour y la novena de su palmarés. Ambos felices, uno se unió a la condición de favorito y otro alejó al «monstruo» Pogacar. El Tour cobra emoción.
Este jueves la sexta etapa propone el segundo asalto pirenaico con un corto recorrido entre Tarbes y la cima de Cauterets Cambasque, de 162,7 km, primera meta en alto de la presente edición. Cuatro puertos en la jornada reina de los Pirineos.
Para empezar, la Cota de Capvern Les Bains (3a, 5,6 km al 4,8), para afrontar después el Col D'Aspin (1a, 12 km al 6,5), el mítico Tourmalet (Especial, 17,1 km al 7,3 %) y finalmente la subida a Cauterets Cambasque (1a, 16 km al 5,4). Los favoritos tomarán la palabra.