El ecuatoriano Richard Carapaz (Ineos) demostró su condición de rey de la montaña con un triplete que le dio la victoria en solitario en la vigésima etapa de la Vuelta a España disputada entre Moralzarzal y el Puerto de Navacerrada, de 181 km, donde el belga Remco Evenepoel (Quick Step), entre lágrimas, celebró ya su maillot rojo definitivo tras el último intento de Enric Mas, que repite en la segunda posición. Lágrimas para el campeón olímpico Richard Carapaz , triple ganador de etapa y rey de la montaña, rematando en Navacerrada una exitosa Vuelta a punto de abandonar el Ineos, y emoción y mares de lágrimas en Remco Evenepoel (Aalst, 22 años), con las manos en la cara, haciéndose a la idea de que va a ser este domingo ganador de la Vuelta.
Carapaz se lució a su estilo, atacando en el momento y lugar oportunos, en este caso a 500 metros de la cima de Cotos, a 6,7 de meta, donde dejó plantado al colombiano Higuita. Su arreón le permitió llegar a meta con su flamante maillot de puntos, sin compañía alguna, con un tiempo de 4h.41.34, a una media de 38,6 km/hora. Por detrás última traca para algunos. El neerlandés Arensman entró a 8 segundos de Carapaz y se coló sexto en la general, el grupo de Ayuso, Hindley y Enric Mas a 13 y a 15 Miguel Ángel López y Evenepoel. Carlos Rodríguez cruzó a 1.23 y pasó de la quinta a la séptima plaza.
Remco acabó de rubricar su sueño. Pasó un día bastante cómodo, sin apenas ataques serios contra su persona. Pasará a la historia este domingo al convertirse en campeón de la Vuelta en su debut, primer belga que gana en Madrid desde 1997 con Freddy Maertens, y la primera grande desde el Giro 1978 con Johan De Muynck. Le acompañarán en el podio dos españoles, lo que viene a inyectar moral al ciclismo español, ávido de nuevas figuras. El mallorquín Enric Mas será segundo por tercera vez, demostrando que no se le ha olvidado la profesiòn ciclista, y Juan Ayuso, de 19 años, la gran revelación de la Vuelta, será tercero.
Etapa del miedo, de la leyenda, el último escenario para mantener, perder o ganar los objetivos. La Sierra de Madrid tenía la palabra, y la historia para espolear los ánimos del personal. Un día para picar piedra desde la salida de Moralzarzal, pueblo de tradición cantera, que lanzó al pelotón a una apasionante aventura con 5 puertos. Ya en la subida inicial, en Navacerrada (1a, 10,3 km al 6,8), se rompió la carrera. Cinco por delante Soler, Stannard, Meurisse, Navarro, Fernández y Guglielmi, perseguidos por un grupo con ilustres, entre ellos Valverde, Nibali, Carapaz. Lejos quedó el grupo de Evenepoel, el belga sin gregarios a la primera de cambio.
Soler, combativo en esta Vuelta como él solo, se fue con Stannard camino del segundo puerto, el de Navafría (2a, 10,3 km al 5,4%), donde pasaron juntos con Mader, Pinot y Muhlberger a 50 seg, el grupo de Valverde y Carapaz a 1.39 y el del líder de 5. Puerto a puerto por la animada Sierra de Guadarrama, fiesta del ciclismo para recibir la Vuelta. En Canencia (2a,7,5 km al 4,9) la fuga se transformó en un grupo de 8, donde Carapaz, superado en la cima por Rohan Dennis, se preocupó de sumar 5 puntos más. En la zona noble no se vislumbraba tormenta. El líder rodaba solo, sin equipo, pero se refugiaba con habilidad en las iniciativas de otros equipos.
El ascenso a La Morcuera (1a,9,4km al 6,9) prometía movimiento entre, al menos, los hombres del top ten. Era el puerto más exigente del día, pero el decorado no varió en exceso. Atacó delante Meintjes, se llevó a rueda al campeón olímpico Carapaz y a Sergio Higuita (Bora-hansgrohe). Mientras el ecuatoriano se convertía en rey de la montaña de la Vuelta, en el grupo de favoritos lo intentaron con timidez Enric Mas y Ayuso. La Morcuera no produjo ningún incendio en la zona noble. Mucho respeto y demasiado conformismo entre los hombres del podio, pero no tanto entre aquellos que querían variar el top ten. En la cima del puerto madrileño Carapaz ya era con los números en la mano rey de la montaña, pero "la locomotora de Carchi" tenía una sorpresa preparada.
El último puerto, Cotos (1ª, 10,3 km al 6,9) vivió un interesante duelo entre Carapaz y el colombiano Higuita, el colombiano que ganó una etapa similar en 2019. A 500 metros de la cima el ecuatoriano tiró de manual, atacó y ya nadie le volvió a ver el pelo. Aguantó hasta la meta de Navacerrada, donde solo miró atrás para empezar a celebrar su tercera hazaña en la Vuelta.
El grupo de favoritos se estaba echando encima. El UAE con Ayuso y Almeida controlaron a duo, Evenepoel no intentó un solo ataque, y "Supermán" López, con más ilusión que fuerza arrancó una vez sin éxito. Solo faltaba Carlos Rodríguez, que se llevó los "palos" derivados de la caída en Piornal. La única víctima de la etapa sorpresa, que, finalmente, no asustó a casi nadie. Gloria para Carapaz y Evenepoel.