El bronce olímpico de Sete Benavides ya brilla en casa. Y lo hace rodeado de quienes han vivido de cerca la trayectoria del piragüista, que fue homenajeado este sábado por el Real Club Náutico del Port de Pollença, que se llenó de amigos, familiares y autoridades para acompañar al palista y su entrenador, Kiko Martín. Días después de recibir, casi diez años después, su presea de Londres 2012 (bronce, C1 200 metros) en el Comité Olímpico Español, Sete pudo compartir con los suyos este metal y la alegría por ver cómo se hizo justicia y se ha cumplido el objetivo deportivo planteado con su preparador, quien también fue protagonista y agasajado durante el acto.
A la cita no faltaron muchos de los que le acompañaron en Madrid, empezando por su familia, uniéndose ahora sí las instituciones insulares y baleares, además de los anfitriones, un RCNPP cuya representación encabezó su presidente, Mateo Dupuy. Junto a él, el alcalde de Pollença, Tomeu Cifre, y los consellers d'Esports del Govern y el Consell, Fina Santiago y Andreu Serra, acudieron a la cita en la terraza del Náutico.
Allí, se proyectó un audiovisual que repasaba la trayectoria de Benavides, quien entregó y recibió obsequios y aplausos por parte de los presentes, en una muestra más del carisma que posee del piragüista, uno de los mejores especialistas de canoa en España y, desde hace unos días ya a todos los efectos, medallista de bronce olímpico.
El escenario del Real Club Náutico del Port de Pollença dibujó una tarde plagada de emociones y recuerdos para Sete Benavides y Kiko Martín, quienes agradecieron el apoyo recibido por los presentes y por un club clave en sus trayectorias.