Una leyenda del deporte, el primer campeón de mundo de la historia del ciclismo español, cumple este jueves 96 años. Guillem Timoner Obrador (Felanitx, 24 de marzo de 1926) sigue pedaleando hacia ese centenario que ansía alcanzar como colofón a una larga vida plagada de éxitos, que le convierten en un mito del deporte español e internacional. Un icono de Mallorca que, con el paso de los años, se mantiene vivo en la memorial colectiva. Y la mejor muestra es la cantidad de ciclistas, muchos de ellos extranjeros, que visitan su particular museo, en el que bicicletas, carteles, banderines, trofeos y recuerdos de una trayectoria irrepetible que exhiben en lo que fuera la tienda que regentaba en su localidad natal.
Acompañado de sus recuerdos, el seis veces campeón del mundo de ciclismo en pista (medio fondo, 1955, 1959, 1960, 1962, 1964 y 1965) y dos veces además subcampeón (1956 y 1958) sopló dos velas con ese 96 que le convierte en leyenda viva del deporte. Y lo hizo teniendo muy presente la figura y el recuerdo de la que fuera su esposa y compañera de vida durante 75 años, 72 de ellos casados y tres de ellos como novios: Francisca Vallcaneras. Guillem Timoner pasó este día tan señalado acompañado de su hija, Gary, además de con sus más allegados, como su nieta Silvia y su biznieto, la gran alegría de la familia y del hogar del multicampeón mundial.
El mundo del ciclismo y la gente de Mallorca y sus vecinos no han olvidado la fecha especial que siempre es el 24 de marzo. En las redes sociales, las felicitaciones y el recuerdo al aniversario de Guillem Timoner ha estado presente, de la misma manera que el Ajuntament de Felanitx ha hecho pública una felicitación hacia uno de sus habitantes más ilustres, embajador de la población por todo el planeta. Y es que, desde que en 1945 lograra su primer título de campeón de España, Timoner no ha parado de acumular éxitos, títulos, medallas y elogios que hablan de la brillante vida de uno de los pioneros del deporte nacional y quien en su día abrió un camino que han seguido diferentes generaciones, en especial en los velódromos.
El legado de Guillem Timoner es su palmarés y trayectoria, pero también deja numerosos reconocimientos, como la calle a la que da nombre en Felanitx, que también dedicó su pabellón al hexacampeón del mundo y una escultura en una de las entradas a la localidad. Además, en Sant Salvador siguen instalados sus maillots arcoíris de campeón mundial, por expreso deseo del corredor durante su etapa en activo y agradecimiento a la Mare de Déu. Noventa y seis años contemplan la larga vida de una personalidad que trasciende más allá de la faceta deportiva. Un campeón de los de antaño, pero que sigue siendo punto de referencia.