El primer día bajo las nuevas y estrictas normas sanitarias que reducen el margen de maniobra a varios segmentos del deporte balear dejó imágenes curiosas. Las medidas implantadas por el Govern ante el exponencial crecimiento de la COVID-19 lleva a cerrar al público las competiciones deportivas, y la primera en hacerlo ayer fue la jornada de trote programada en el Hipódromo de Son Pardo.
Los polideportivos, gimnasios y piscinas cubiertos se cerraron para sus usuarios, estando únicamente permitida la actividad bajo techo para los deportistas federados y de manera organizada. Es el caso del Club Natación Palma, cuyos equipos de competición se ejercitarán estas semanas en la piscina de s'Escorxador.
Pese a todo, las excepciones que permiten realizar entrenamiento individualizado dio vida a algunos centros deportivos. En el Sporting Club de Portals se adaptaron a la normativa para poder atender a algunos de sus usuarios, de la misma manera que en el Palma Sport & Tennis Club, que tiene la ventaja de poseer una piscina climatizada exterior.
Los recintos deportivos de Palma y muchos municipios cerraron para sus abonados, con excepciones puntuales en casos como Inca, que permitía el acceso bajo prescripción médica.