Eran las siete de la tarde, hora de Moscú, de un caluroso 22 de julio de 1980. La por entonces capital soviética concentraba la atención de buena parte del planeta durante unos Juegos Olímpicos marcados por los boicots y la politización de un evento que marcó un punto de inflexión en la historia del deporte mallorquín.
Y es que, por primera vez en la historia, un nadador de las islas lograba clasificarse para una final olímpica y pelear por las medallas. El apellido Escalas es parte inseparable del devenir de este deporte en nuestro país, y la figura del mayor de la saga, Rafael (Palma, 1961) todo un referente todavía incluso en la actualidad, siendo un vanguardista en una faceta como el diseño y la fabricación de bañadores y material técnico, una actividad que le llevó incluso a trabajar en una comisión de la FINA.
Dificultad
La de 1.500 metros es una prueba en la que los mallorquines se sienten cómodos. No en vano, el único español que ha bajado de la mítica barrera de los 15 minutos es Marco Rivera, pero Rafael Escalas abrió una puerta hasta entonces infranqueable.
El 21 de julio de 1980, inició su participación en la prueba de los 1.500 metros. Segundo en su serie, con una marca de 15:20.99, el nadador que se formó en el Club Natación Palma y se hizo grande en Estados Unidos (UCLA), sellaba su billete hacia una final que tenía un claro favorito al oro. El soviético Vladimir Salnikov era el dominador de la distancia y así lo rubricó 24 horas después. Aquel 22 de julio, los Juegos Olímpicos de Moscú le encumbraron al oro y a la gloria, dominando la final con gran autoridad (14:58.27), superando en poco más de dieciséis segundos a su compatriota Aleksandr Chayev y al australiano Max Metzker.
Sexto tocaba el muro Rafael Escalas: 15:21.88. Lo nunca visto, algo que, 40 años después, se mantiene como el tope de la natación balear en unos Juegos. Dos años después, en el Mundial de Guayaquil, logró la primera clasificación española para una final de 1.500 metros.
Rafael Escalas, que actualmente reside en Nashville (Tennessee), también nadó en Moscú los 400 libre y estilos, además de los relevos 4x100 y 4x200 libre. Y repitió cuatro años después, en Los Ángeles 1984, donde compartió cartel con su hermano, Juan Enrique.
Joanllu Pons, 36 años después
Tuvo que esperar 36 años la natación pura balear para lograr su segundo y último diploma olímpico. Fue en Río 2016 y de la mano del ‘solleric' Joanllu Pons, que dio la campanada metiéndose en la final de los 400 estilos tras lograr el que por entonces era récord de España de la distancia (4:13.55). En la prueba por las medallas, Pons se tuvo que conformar con la octava posición, pero su diploma fue una carta de presentación que ha tenido continuidad con el paso de los años, siendo baza segura para Tokio 2021.