La triatleta Xisca Tous y su pareja Tomeu Villalba llegaron este viernes a Mallorca procedentes de Australia poniendo fin a una odiesa interminable de gestiones que les han mantenido más de 40 días en la otra punta del mundo. El 14 de marzo en pleno estallido de la crisis sanitaria del coronavirus en España, Xisca participó en Mooloolaba (Australia) en la única prueba de la Copa del Mundo que se celebró siendo una de las pocas atletas españolas en competir. Hasta aquí todo normal. Después la crisis sanitaria se globalizó y la posterior competición que debía afrontar en Nueva Zelanda se suspendió y fue en ese instante donde empezó una carrera más dura incluso que las que le llevan a correr, nadar y montar en bici. La agencia de viajes que debía retornarles a la Isla el 29 de marzo se desentendió y los día fueron pasando sin que ninguno de los movimientos realizados pudieran devolverles a Mallorca.
Cancelaciones, espacios aéreos cerrados, falta de vuelos y así un día tras otro hasta que el miércoles Xisca y Tomeu fueron dos de las 276 personas que subieron a un vuelo de repatriación que les condujo a la Isla. Volaron de Brisbane a Sydney, de ahí a Bangkok para llegar a Madrid y aterrizar en Palma. Ayer tarde minutos después de las seis de la tarde, los dos protagonistas aterrizaron en Son Sant Joan. «Ahora mismo creo que estoy más cansada que tras una prueba de la Copa del Mundo, pero supongo que el bajón irá llegando a medida que pasen las horas», explicaba la triatleta tras pisar suelo balear. ¿Qué ha sido lo peor de este mes? «la incertidumbre», asegura, incluso más que «los gastos ocasionados, que han sido muchos». «Hemos estado un mes para poder regresar. Era imposible contactar con la agencia de viajes que nos organizó el vuelo y eso nos causó muchos problemas y a través de la Española trataron de ayudarnos al máximo, pero las cancelaciones de vuelos jugaban en contra nuestra. Todo se complicaba y no queríamos exponernos a estar en aeropuertos del mundo sin apenas protección. Lo mejor era esperar a que se diera esta oportunidad». Y se dio. Un vuelo de repatriación donde se concentraron españoles que trabajan o estudian en Austrialia les dio la oportunidad de volver. «A través de la Embajada pudimos tomar este vuelo y ya estamos en Mallorca.
Durante este tiempo vives con la preocupación de si la familia estará bien o de si podremos regresar algún día. Se ha hecho muy largo», explicaba la atleta de Artà.
Xisca es una de las promesas más firmes del deporte balear y español y contrariamente a lo sucedido en España, en Australia ha podido seguir entrenando. «Aquí además de hacer muchísimas gestiones no hemos perdido el tiempo y hemos entrenado. No había piscina, pero sí podíamos llevar a cabo la natación en el mar. También podía correr y montar en bicicleta al aire libre, pero claro, siempre estaba en mi mente la situación difícil por la que atravesábamos y el seguir haciendo gestiones para poder volver a Mallorca», relataba la triatleta.
Xisca no veía este viernes la hora de poder pisar de nuevo Artà y ver a sus familiares. Se reencontrará de nuevo con el paisaje que tan bien conoce y donde empezó a forjar su trayectoria profesional. «Ahora quiero llegar y descansar y poco a poco recuperar las horas de sueño y volver a la relativa normalidad», explicaba a este periódico.
Incertidumbre de cara al futuro
El triatlón, al igual que muchos deportes, se encuentran en estos momentos en un escenario de incertidumbre absoluto. Todas las pruebas se han suspendido hasta nueva orden y en estos momentos los atletas seguirán entrenando a la espera de conocer cómo evolucion las desescaladas en los diferentes países.
Este deporte obliga a Xisca a viajar por todo el mundo y hasta que no haya seguridad total, ningún deportista se arriesgará a cruzar fronteras. «Ahora lo más importante es la salud», relataba la mallorquina.