El que fuera presidente del Real Club Náutico de Palma hasta hace unas semanas, Javier Sanz, ha anunciado su marcha de la junta directiva de la Real Federación Española de Vela (RFEV), en la que ostentaba el cargo de vicepresidente económico y responsable del área de tesorería de la entidad que preside Julia Villanueva, con la que su distanciamiento podría ser clave a la hora de explicar la dimisión de Sanz.
El dirigente confirmó oficialmente su dimisión ante la RFEV e hizo llegar un escrito a sus más allegados en el que pasaba revista a sus años de gestión y agradecía la implicación de todos los estamentos. «Os comunico que he presentado mi dimisión a la presidenta de la RFEV. En estos momentos no puedo asumir las funciones de vicepresidente y tesorero que he venido desempeñando los últimos años con la intensidad, dedicación e ilusión que exigen estos puestos», afirma Sanz.
«Como bien sabéis, estos últimos años han sido intensos. Comenzaron con una moción de censura al entonces presidente (la primera que se presentaba en la historia de la RFEV), tras la cual me encontré con una difícil situación patrimonial que hubo que abordar con urgencia para iniciar proceso de saneamiento de la institución. Os puedo asegurar he puesto lo mejor de mi parte para cumplir con los objetivos que nos marcamos en su momento para sacar adelante la federación en el área económica», proseguía en su carta de despedida.
«El primero de esos objetivos era sanear las cuentas y conseguir que los balances reflejasen fielmente la situación patrimonial de la institución. El segundo consistía en asumir las cuentas deudoras y acreedoras, y proceder mediante acuerdos a la liquidación de estas cuentas. El tercer propósito se basaba en reestructurar y dimensionar la RFEV, con ajustes en la organización y la definición de puestos de trabajo en las distintas áreas de los centros de Madrid y Santander. El cuarto objetivo nos llevaba a plantear el cambio de sede de Madrid a Santander, debido a la duplicidad de funciones y con el ánimo de buscar la rentabilidad de los centros. El quinto, y último, pasaba por dotar a la federación de las herramientas y procesos administrativos necesarios para el control de la gestión», añadió el expresidente del RCNP.
«En el día de mi despedida puedo decir que todos esos objetivos están cumplidos, lo cual me llena de satisfacción. Hay asuntos en la vida que no se pueden afrontar en solitario. Las metas citadas se han cruzado gracias al esfuerzo de la Junta Directiva, de los asambleístas y del personal de la RFEV», afirmaba Sanz, que desde este momento se centrará en la organización de la Copa del Rey de vela.
«Quedan, como es lógico, muchas cosas por hacer para llegar a tener esa federación que todos deseamos. Estoy convencido de que quienes recibáis esta carta haréis lo que esté en vuestras manos para mejorarla día a día. Me quedo con lo bueno de esta experiencia y prefiero ignorar lo malo, que también lo ha habido. Confío en que nunca más se repitan algunos episodios que he tenido que afrontar desde la vicepresidencia. Ahora, sin embargo, es el momento de recalcar lo positivo: la RFEV me ha aportado conocimientos, amigos, experiencias, emociones y muchas alegrías», finalizó.
Junto a Javier Sanz, otra de las vicepresidencias de peso en la Real Federación Española de Vela, la deportiva, recae en manos del presidente de la Federación Balear de Vela, Chimo González Devesa, quien de momento continúa en su cargo, aunque no se descarta que pudiera seguir los pasos de Sanz.
Igualmente, la posibilidad de que Javier Sanz pudiera encabezar o formar parte de una futura candidatura a las elecciones a la presidencia de la RFEV, que se celebrarán en 2020, ha cogido forma en algunos círculos. Una opción en la que también podría entrar el todavía presidente de la Balear, González Devesa, como parte de ese equipo dada su experiencia en el área deportiva de la Española, aunque como responsable de esa parcela y con el equipo olímpico como eje.