Los investigadores mantienen abiertas «muchas vías» sobre la desaparición de Blanca Fernández Ochoa, en lugares diferentes a la zona de Cercedilla (Madrid) en la que apareció su coche y han constatado que compró comida en una tienda el día 24 y que no hay signos de violencia en el automóvil.
Así lo ha explicado este lunes el comisario jefe de la Udyco (Unidad de Drogas y Crimen Organizado) de Madrid, José Antonio Rodríguez San Román, que ha acudido al puesto de mando ubicado en el aparcamiento de Las Dehesas de la localidad madrileña de Cercedilla junto a la delegada del Gobierno en Madrid, María Paz García Vera, y el jefe de Primera Zona de la Guardia Civil, el general José Antonio Berrocal.
En ese punto se encontró el pasado domingo el coche de la esquiadora, cuya desaparición fue denunciada el pasado día 29, según han aclarado los investigadores, que han detallado que la familia no sabe nada de ella desde el día 23, aunque el día 24 fue grabada por unas cámaras de un centro comercial de la localidad madrileña Pozuelo de Alarcón, comprando comida.
Se trata de un caso judicializado y bajo secreto de sumario, motivo por el que la delegada y el comisario no han aportado detalles, aunque el jefe de la Udyco ha aclarado que, además de la búsqueda en la zona de Cercedilla, en la sierra de Madrid, «la investigación está abierta en muchas otra vías» y se estudian «otras alternativas».
«Están abiertas todas las hipótesis, unas más que otras», ha dicho el comisario.
Ha reconocido que en Cerdedilla se ha desplegado el mayor dispositivo, con unos 400 efectivos (300 profesionales y 100 voluntarios), que según fuentes de la investigación es el mayor despliegue organizado en la Comunidad de Madrid para una búsqueda de este tipo.
En la sierra madrileña se busca en un terreno de unas 3.500 hectáreas y están participando algunos familiares de Blanca, incluidos la hija y el hijo de la medallista olímpica.
El comisario ha detallado que, de momento, «no se puede decir que haya signos de violencia» en el vehículo de la deportista, tras las dos inspecciones llevadas a cabo tanto en el lugar en el que fue encontrado como luego en la Jefatura Superior de Policía.
La Policía también está estudiando el móvil que la esquiadora dejó en su casa, aunque recuperar datos llevará un tiempo.
La delegada del Gobierno en Madrid ha destacado que todos los integrantes del dispositivo, que coordina la Guardia Civil, trabajan «en coordinación absoluta y con mucha ilusión de encontrarla lo antes posible».
García Vera ha detallado que, tras la búsqueda del domingo por las zonas en las que había cierta probabilidad de que la esquiadora hubiese paseado, hoy se han trazado doce rutas por grado creciente de dificultad, aunque la delegada ha advertido de que todas entrañan complicaciones porque «es una búsqueda muy compleja, en un terreno muy amplio, muy abrupto y con muchísima vegetación».
Hay cinco rutas con voluntarios acompañados por policías, guardias civiles, agentes forestales o bomberos, que se consideran las menos complicadas; luego otras cinco rutas más difíciles, solo para profesionales, y dos «muchísimo más complejas» a la que solo acceden los cuerpos más especializados en montaña de Guardia Civil, Policía Nacional y bomberos de la Comunidad de Madrid.
García Vera ha hecho un llamamiento a la población, ya que muchos ciudadanos han llamado para ofrecerse a ayudar en la búsqueda, para recordar que antes de ir a la zona de Cercedilla hay que llamar al Ayuntamiento, al teléfono 91 852 57 40.
«Es importante para poder planificar», ha subrayado, y ha recordado que los voluntarios deben ser «personas preparadas, que vengan con su propio avituallamiento, en buena forma física, que conozcan la montaña y sepan moverse en ella».
El jefe de Primera Zona de la Guardia Civil, el general José Antonio Berrocal, ha detallado que los perros especializados en búsqueda de personas «necesitan seguir un rastro y van delante de los grupos porque necesitan condiciones de tranquilidad y una guía, y esa guía son esas prendas que pueden llevar a Blanca».
Ha precisado que es una zona «muy amplia, montañosa, boscosa con helechos, donde debajo de un helecho puede haber cualquier cosa y una persona que pase a tres metros no lo ve».