El balonmano balear lucha por hacerse con un sitio entre la elite y en los últimos meses ha conseguido dar más de un paso al frente en ese sentido. El último de ellos el pasado miércoles, en Pontevedra. El Frigorícos Morrazo y el Barcelona Lassa cruzaban sus caminos en el pabellón de O Gatañal para disputar un partido adelantado de la octava jornada que se saldaría con una cómoda victoria (21-31) para el equipo visitante. Sin embargo, más allá de ese amplia victoria que reforzaba el liderato culé, el duelo será recordado por el debut en la Liga Asobal de un joven jugador del filial azulgrana, el mallorquín Pere Vaquer Grimalt.
Vaquer, de 24 años y forjado en la prolífica cantera de Mata de Jonc, culminó en terreno gallego un trayecto en dirección siempre ascendente. El lateral derecho, que antes de recalar en el Palau había pasado por equipos como el OAR Gràcia y el BM La Roca, ya había debutado con el primer equipo en Sesrovires, en las semifinales de la Supercopa de Catalunya y el pasado verano participó, junto a otro grupo de jóvenes del segundo equipo, en la pretemporada de Encamp (Andorra) a las órdenes de Xavi Pascual.
Con el dorsal 47 a la espalda, Vaquer se estrenó firmando un gol en la pista del Frigorícos Morrazo, aunque por el momento su lugar se encuentra en la División de Plata, donde presume de ser el segundo máximo anotador del campeonato con 35 goles en 6 encuentros para el filial barcelonista, que anda instalado en la zona alta. El balonmano isleño empieza a ver la luz.