El boxeador mallorquín Elvis ‘Maki' Sangou es como un fantasma: lo ves pero no lo puedes tocar. Tres púgiles de Castilla y León, Canarias y Andalucía lo sufrieron la semana pasada en el campeonato de España junior celebrado en Béjar (Salamanca). Sangou ganó la medalla de oro en la categoría de 66 kilos por decisión unánime de los jueces. Terminó el campeonato con la cara intacta y sus rivales desquiciados. Apenas le golpearon. Sangou se acordó de su familia cuando alzó el brazo como ganador.
El joven púgil disputó la final de la competición contra Jaime Monje, de Andalucía. El narrador de la Federación Española de Boxeo comentó al principio del combate que Sangou era «uno de los hombres que más ha impresionado esta semana aquí, con un estilo poco clásico».
Elvis Sangou, alias ‘Maki', nació hace 16 años. Entrena en el gimnasio Motorcity Boxing club de Palma desde los 12. Su padre, Umar Brito, y su tío David Quiñonero son sus entrenadores. «Al principio era como un juego, no me gustaba mucho el boxeo», cuenta. «Me he dado cuenta de que para mí es como un baile al que le pongo ritmo». El ritmo de Elvis es «peculiar». La joven promesa balear boxea con las manos abajo. Cambia de guardia con la facilidad del que cambia el reloj de muñeca. Es ágil, rápido de piernas y de cintura.
«El boxeo ortodoxo no me cuadraba», dice el peleador, hábil en la contra. «Un freestyle [estilo libre]», como dice a veces su tío Quiñonero. «En el gimnasio hemos intentado que no cambie nada al ver que su estilo da resultado», añade su padre.