Ambos suman siete de los últimos diez títulos mundiales de triatlón, en la distancia olímpica. De hecho, son los campeones de las últimas cinco ediciones del certamen, y solo los hermanos Brownlee (Jonathan y Alistair) se han interpuesto en su camino durante esta década prodigiosa que ha elevado a España al rango de potencia universal en una modalidad en la que nuestros dos protagonistas, hoy por hoy, son los dos mejores del planeta.
Los dos últimos ganadores de las Series Mundiales ITU, el mallorquín Mario Mola (Palma, 1990) -vigente bicampeón- y el gallego Javier Gómez Noya (Basilea, 1983), pentacampeón y leyenda de esta modalidad olímpica, comparten descanso activo estos días en el hotel Viva Blue de la Platja de Muro, habitual cuartel general del mallorquín durante sus estancias en la isla, un punto clave dentro de su preparación. Más allá de la rivalidad en competición, a Mola y Gómez Noya les une una sana amistad que les lleva estos días a entrenar juntos en Mallorca y disfrutar de un leve descanso en el tramo final del curso que se agota, a falta de una última cita para ambos triatletas. Mola ejerce de anfitrión de un Gómez Noya que «tenía ganas de coincidir con Mario. Es complicado hacerlo y ahora tenemos unas semanas de entrenamientos. Pero también para conocer la isla, que es ideal para el deporte, al igual que el hotel».
Esa buena relación entre los dos mejores triatletas españoles del momento considera Gómez Noya que «es positiva para nosotros y nuestro deporte. Cada uno compite durante el año por sus objetivos, pero ahora que preparamos pruebas diferentes, era la ocasión perfecta para entrenar juntos, y de paso conocer la tierra de Mario», añade. Pensando en 2018 y el salto a la media distancia, «no lo sé ni yo», confiesa el medallista olímpico (plata) en Londres 2012. «Primero acabaré en Bahrein, descansaré un mes, y lo planificaremos todo. No descarto la larga distancia, pero tampoco me cierro las puertas para ir a Tokio, hacer un año de distancias largas y volver... Veremos cómo van las cosas y lo que pide el cuerpo. A estas alturas voy año a año, dándolo todo en los objetivos que planteo», admite. El multicampeón gallego admite el gran nivel de su amigo y compañero a la hora de alcanzar su segundo título, hace unas semanas en la Gran Final Rotterdam.
De nuevo en casa, ya como bicampeón mundial, Mario Mola recoge con agradecimiento los elogios de Javier. «No es fácil ganar una vez, y dos seguidas es el premio al trabajo. Pero esto no se para, toca seguir trabajando porque la competencia es enorme», explica el isleño, que esta temporada ha aprendido que «es imposible estar al 100% todo el curso. He sido capaz de aprovechar mis buenos momentos, conseguir resultados notables y no dar demasiada importancia a las carreras en que no estuve delante, por circunstancias de las mismas».
A los habituales rivales, Mario Mola añade nuevos a la hora de pasar revista al ejercicio 2017. «Algo que es bueno, gente que genere un impacto. Antes, eran los hermanos Brownlee y Javi. Ahora somos más y eso cambia la dinámica. Es bueno para la carrera y el espectador». La presión del bicampeonato la asume con la naturalidad habitual Mario, que contempla «una oportunidad para seguir haciendo las cosas bien, buenas carreras que se reflejen en títulos. La presión existe, pero es uno mismo en el que debe gestionarla. Por mi parte, no me obsesiona volver a ganar el Mundial. Pelearé, pero si hay gente superior, solo queda felicitarles y continuar».