El mallorquín David Bustos, eliminado este jueves en primera ronda de 1.500 de los Mundiales de Londres, dijo a EFE que se va triste de la capital británica, ya que esperaba encontrarse «mucho mejor», pero apostó por quitarse la espina «en los campeonatos del mundo de pista cubierta del año que viene».
«Es una pena porque venía con toda la esperanza. Mi táctica era empezar bien por la cuerda, lentamente, detrás de algunos que sé que van bien, como (Mahiedine) Mekhissi, y esperar hasta los últimos 150-100 para cambiar y tirar, que es lo que vale», explicó el finalista olímpico y bronce europeo.
«Por desgracia, a falta de 100 metros intenté cambiar y vi que esa marcha no entraba. Ha sido una temporada muy dura, muy rara, en la que cambié de entrenador después de pista cubierta, me lesioné en mayo y estuve tres semanas sin poder entrenar con normalidad. La forma fue retrasándose y la época de carga no pude hacerla tan completa», valoró.
«Llegué a julio haciendo una marca decente para poder venir aquí y tenía la esperanza de ese mes que me quedaba, con el campeonato de España de por medio, hacer una buena carga y buenos entrenos. He podido entrenar bien, pero he sido un poco irregular. Venía con incertidumbre y es una pena, esperaba encontrarme mucho mejor», añadió, David, visiblemente decepcionado.
En la primera serie, junto a uno de los favoritos, el keniano Elijah Manangoi, había salido Bustos, quien estaba en Londres repescado por ránking pese a no haber hecho la mínima (3:36.00).
La carrera se aceleró de golpe a 500 metros. Siempre por la cuerda, en el centro del grupo, Bustos pasó décimo al toque de campana y aún cedió hasta el decimotercero en el último giro, sin la menor opción de repesca. Curiosamente, por delante del actual campeón olímpico, el estadounidense Matthew Centrowitz.
«No me voy con buenas sensaciones, pero tengo la satisfacción de haber podido llegar aquí. Me voy con una espinita que espero quitármela en el Mundial de pista cubierta del año que viene», concluyó.