Real Madrid 4-2 Bayern Múnich
Real Madrid: Keylor Navas; Carvajal, Nacho, Sergio Ramos, Marcelo; Casemiro, Kroos (Kovacic, m.114), Modric, Isco (Lucas Vázquez, m.71); Cristiano Ronaldo y Benzema (Asensio, m.64).
Bayern Múnich: Neuer; Lahm, Boateng, Hummels, Alaba; Xabi Alonso (Muller, m.75), Vidal; Robben, Thiago, Ribery (Douglas Costa, m.70); y Lewandowski (Kimmich, m.87).
Goles: 0-1, M.53: Lewandowski, de penalti. 1-1, M.76: Cristiano Ronaldo. 1-2, M.77: Sergio Ramos, en propia meta. 2-2, M.105: Cristiano Ronaldo. 3-2, M.109: Cristiano Ronaldo. 4-2, M.112: Marco Asensio.
Árbitro: Viktor Kassai (Hungría). Expulsó por doble amonestación a Arturo Vidal a los 83 minutos. También amonestó a Casemiro (m.41), Xabi Alonso (m.70), Hummels (m.75) y Robben (m.101).
Incidencias: Partido de vuelta de los cuartos de final de la Liga de Campeones disputado en el estadio Santiago Bernabéu. Lleno (81.000 espectadores). Algo más de 3.000 seguidores del conjunto bávaro.
Cristiano Ronaldo volvió a emerger y, con un gol polémico en la prórroga, en la que completó un nuevo 'hat trick', sacó del atolladero al Real Madrid para meterlo en semifinales ante un Bayern Múnich que se despidió con una más que honrosa y orgullosa comparecencia en el Santiago Bernabéu.
El delantero portugués volvió a ser decisivo. Primero contuvo el 0-1 con un remate de cabeza y en el periodo adicional evitó que la confrontación llegara a los penaltis al firmar el 2-2 y el 3-2 que daba la séptima clasificación seguida al Real Madrid para las semifinales y acababa con el sueño de remontada de un conjunto bávaro valiente, que hizo honor a su gloriosa historia y que tuvo a su merced a los de Zinedine Zidane casi todo el encuentro, hasta que Arturo Vidal fue expulsado a falta de siete minutos para el final.
El técnico francés se decantó por el hombre de moda, Isco Alarcón, para ocupar el hueco dejado por Gareth Bale, en tanto que Carlo Ancelotti, en su regreso al Bernabéu, optó por dar entrada a sus tres 'tocados', los zagueros Mats Hummels y Jerome Boateng y el atacante polaco Robert Lewandowski, la gran ausencia en la ida.
Desde el pitido inicial el Bayern hizo honor a su potencial y a su orgullo y se adueñó del balón y del partido en busca de la remontada, como habían prometido sus jugadores. El planteamiento del Real Madrid además le concedió una tremenda ventaja por las bandas con las dobles parejas Lahm-Robben y Alaba-Ribery.
La valentía del Bayern inquietó notablemente al cuadro de Zidane, que se veía peligrosamente desbordado de forma reiterada. Marcelo evitó el gol de Thiago a los 9 minutos y Arturo Vidal envió alto en magnífica posición.
Los primeros veinte minutos fueron un monólogo del campeón germano. Ancelotti le ganaba claramente la partida en la pizarra a su 'alumno' Zidane. Para su fortuna, Lewandowski, la gran amenaza en ataque, no pasaba de incomodar, muy vigilado por Nacho y Sergio Ramos.
Poco a poco el Real Madrid comenzó a despertar y a acercarse al área del cuadro bávaro. Y lo hizo con su vértigo habitual pero le faltó pegada. Dani Carvajal dio el primer aviso realmente importante a los 26 minutos, dos después Boateng evitó bajo palos un tiro de Ramos.
Fue el inicio de un tramo enloquecido, con continuas idas y venidas. El Bayern, que no rechazó el intercambio, escapó con vida por la falta de precisión en los tiros de Toni Kroos y de Cristiano Ronaldo, que podían haber adelantado al Real Madrid y haber sentenciado la eliminatoria.
No obstante, corrió excesivos riesgos el cuadro blanco. Atrás sus hombres se tuvieron que multiplicar para evitar que prosperasen los vertiginosos contragolpes del Bayern, cuya ambición no mermó un ápice con el descanso.
Al contrario, sabía que estaba en la eliminatoria y en el partido y más después de que Marcelo sacara bajo palos un remate de Robben, quien casi de inmediato sacó un penalti a Casemiro. En la ida perdonó Arturo Vidal el 2-0. En el Bernabéu no lo hizo Lewandowski, que metió de lleno al Bayern en la lucha por las semifinales.
La inquietud de la primera mitad se convirtió en susto, sufrimiento, hasta agonía. El centro del campo volvió a quedarse sin el balón y el Bayern, envalentonado, no cesó en su acoso sobre la meta de Keylor Navas.
Zidane volvió a recurrir a Marco Asensio para tratar de recomponer la figura y armarse mejor. Pero entregar el balón a un equipo como el Bayern y resguardarse atrás es síntoma de peligro y el sufrimiento es patente.
Douglas Costa en lugar de Ribery fue la apuesta de Ancelotti para ganar frescura por la banda izquierda. Al unísono Lucas Vázquez reemplazó a Isco. El técnico italiano metió más madera con Muller en lugar de Xavi Alonso.
Y acto seguido, en la primera jugada sin el español, despedido con una gran ovación, Casemiro se llevó el balón, lo envió al área y Cristiano Ronaldo emergió para rematar de cabeza y firmar el empate que aliviaba la angustia local.
Pero duró tan solo un suspiro, porque de inmediato el Bayern colgó el balón y Sergio Ramos lo introdujo en su portería al tratar de ceder a Keylor Navas, con lo que se igualaba la eliminatoria y el sufrimiento se reinstalaba en el Bernabéu.
El gladiador Vidal, que estaba sosteniendo la medular del Bayern y empujando como pocos, vio la segunda amonestación a siete minutos del final, todo un golpe para el ambicioso conjunto bávaro y un acicate y una ventaja para el Real Madrid.
Trataron los hombres de Zidane de aprovechar la coyuntura, pero no pudieron evitar la prórroga que había vaticinado Michael Ballack. El Bayern volvió a ser valiente. No se arredró ni con un hombre menos. El excentrocampista había apostado un 1-3.
Pese a mostrarse un tanto temeroso, el Real Madrid volvió a tener sus opciones de empatar y llevarse la eliminatoria, pero surgió Neuer, quien tan solo claudicó cuando Cristiano Ronaldo, cuya posición de partida al centro de Sergio Ramos era de fuera de juego, se encontró con un balón dentro del área, lo bajó y batió al portero germano.
En la segunda parte de la prórroga, con el Bayern abierto en busca del gol de la clasificación, Marcelo se inventó una acción personal que culminó Cristiano Ronaldo a puerta vacía y Marco Asensio culminó su gran eliminatoria con una acción personal con la que firmó el 4-2 en plena locura del Bernabéu, que se vio más que cerca del k.o. pero que tiene a su equipo en disposición de defender su corona continental.