Síguenos F Y T L I T R

Torres doblega al Leganés

Torres firmó un doblete para darle la victoria a su equipo. | Efe

| Madrid |

ATLÉTICO DE MADRID 2-0 LEGANÉS

Atlético de Madrid: Moyá; Juanfran, Savic, Godín, Filipe; Koke, Gabi, Saúl (Correa, m. 45), Gaitán (Carrasco, m. 56); Torres y Griezmann (Vrsaljko, m. 72).

Leganés: Herrerín; Víctor Díaz (Alberto Martín, m. 71), Bustinza, Pablo Insua, Siovas, Diego Rico; Erik Morán (Machís, m. 77); Unai López (Samu García, m. 62), Alberto Bueno, Szymanovski; y Guerrero.

Goles: 1-0, m. 15: Fernando Torres, en el rechace de Iago Herrerin a un penalti lanzado por Griezmann. 2-0, m. 50: Torres pica el balón ante Iago Herrerín tras un pase de Correa.

Árbitro: Sánchez Martínez (C. Murciano). Amonestó al local Savic (m. 32) y al visitante Erik Morán (m. 29)

Incidencias: partido correspondiente a la vigésimo primera jornada de LaLiga Santander, disputado en el estadio Vicente Calderón ante unos 40.000 espectadores.

Dos goles de Fernando Torres solucionaron este sábado una victoria esencial del Atlético de Madrid frente al Leganés, superado por el delantero y un equipo rojiblanco a medio gas, aún lejos de su mejor versión y camino del partido de vuelta de las semifinales de la Copa del Rey del próximo martes en Barcelona.

El triunfo fue de Torres, el protagonista indiscutible de una tarde sin apenas sobresaltos para el Atlético, sólo algunos con 2-0 ya en el marcador. Suyos fueron los dos tantos del encuentro, el gol 4.500 de la historia del club rojiblanco en Primera División y, quizá, lo será la titularidad en el inminente reto en el Camp Nou.

Era un partido especial para él. Por el rival y el escenario, los mismos cuando debutó con el primer equipo rojiblanco en 2001, hace dieciséis años, cuando él tenía 17; por la confirmación del duelo sensacional que firmó en la segunda parte del pasado miércoles y porque el duelo por la final de la Copa del Rey está ya a la vista.

De vuelta a la titularidad dos partidos después, clave en la reacción de su equipo el miércoles y reivindicado con goles este sábado, el Atlético resolvió el triunfo desde su actividad, sus desmarques, su ambición y su definición, la mejor forma de derribar la muralla por el centro que había construido el Leganés.

La primera ocasión fue suya, en una carrera en la que picó la pelota con destino fallido ante Iago Herrerín; la segunda de Saúl Ñíguez, con un tiro lejano fuera; y la tercera terminó en penalti sobre Fernando Torres, habilitado con un pase perfecto de Gabi y atropellado en su recorte en el área por el griego Dimitrios Siovas.

El penalti lo lanzó el francés Antoine Griezmann, por el medio, flojo, adivinado por el guardameta. Es una destreza que se le atraganta al atacante -ha fallado cuatro de sus cinco penas máximas en la Liga y cinco de siete en partidos oficiales de rojiblanco-. Y el gol lo marcó el delantero madrileño, atento y voraz al rechace.

Su tercer tanto en la Liga, en la que no marcaba desde la cuarta jornada -luego vendría el cuarto, el 2-0-, para impulsar a su equipo hacia una victoria vital; un 1-0, al cuarto de hora, de un valor incalculable para el Atlético, por la seguridad que aporta, porque aún anda en recomposición, en la búsqueda de un nivel mucho más constante y acorde a su ambición y sus objetivos de esta temporada.

Y porque el rigor táctico del Leganés fue un problema ofensivo por tramos para el equipo rojiblanco. Igualmente, porque todavía debe afinar mucho mecanismos imponentes antaño y ahora menos fiables, como su distancia entre líneas, como su continuidad en el juego, como el desborde en su ataque o los despistes defensivos.

Insuficiente para el Leganés, mejor colocado atrás, aunque también vulnerable en los goles, que profundo arriba, una zona en la que evidenció pocos recursos, pero que implican una revisión en el Atlético ante próximos desafíos, el inminente el martes en la Copa del Rey en Barcelona, aunque no tuviera hoy ningún sobresalto.

El Camp Nou le exigirá mucho más. Y, encima, no dispondrá de Gabi, hoy por hoy esencial en el equipo rojiblanco, que, por contra, tuvo pegada y ratos convincentes sin la pelota y con ella, como la jugada con la que sentenció el choque a la vuelta del vestuario; una acción con toques de más de medio equipo y con Torres como goleador.

Asistido por el argentino Ángel Correa, que reemplazó a Saúl Ñíguez al descanso, su definición, por encima de Iago Herrerín en el minuto 50, completó la bonita jugada, por precisión, por movimientos y por finalización, y una victoria indispensable para el Atlético.

Lo más visto