El español Javier Fernández se proclamó este sábado campeón de Europa en Ostrava (República Checa) por quinta vez consecutiva y entró en la leyenda del patinaje artístico con una actuación brillante con la que igualó el registro del eslovaco Omdrej Nepela, que entre 1969 y 1973 encadenó media decena de títulos seguidos.
Muy pocos patinadores han alcanzado ese registro estratosférico. Javier Fernández lo consiguió con solvencia, sin la perfección de otras jornadas, pero con un final feliz que le llevó a sentarse en un trono que no abandona desde 2013. Su superioridad en Europa es aplastante, sumó un total de 294'84 puntos en los dos programas y en el mundo pocos pueden hacerle frente.
Aunque cometió algún error, flotó sobre el hielo de la pista de Ostrava. Tenía un reto por delante, igualar a Nepela, aquel hombre que dominó la especialidad a principios de los años 70 y que murió de forma prematura a los 38 años.
Y lo consiguió. Ayudó mucho su registro en el programa corto, en el que firmó 104'25 puntos extraterrestres. El viernes se superó a sí mismo y con su actuación consiguió medio título. Ahora, desde que comenzó a disputarse el Europeo en 1891, sólo cuatro hombres tienen más títulos que el patinador español.
Seguro que Javier tiene entre ceja y ceja al sueco Ulrich Salchow, ganador de 9 europeos; al austríaco Karl Schäfer, que consiguió 8 seguidos entre 1929 y 1936; al ruso Yeugeni Pliuvchenjo, que venció en 7 ediciones; y al también austríaco Willy Böckl, que conquistó 6 títulos entre 1922 y 1928.
En una jornada en la que su paisano Javier Raya concluyó decimoctavo, Fernández puso otra piedra más para acercarse poco a poco a esos números increíbles para un español hace años pero cada vez más cercanos gracias a su trabajo y talento. Y eso que sus rivales se esforzaron en el programa libre.
Antes de la aparición de su principal contrincante, el ruso Maxim Kovtun (10 puntos por debajo), algunos como el alemán Paul Fentz intentaron poner su piedra con Pink Floyd de fondo y «Another brick in the wall» como final estelar. Sin embargo, aunque interpretó bien su muro particular, no pudo saltar tan alto para acercarse al español.
También sonó el «Maybe I maybe you» de Scorpions, muy bien patinado por el ruso Alexander Samarin, o el «Peter gunn theme» de The Blues Brothers, con el que flotó el sueco Alexander Majorov. El letón Deniss Vasiljevs apostó por la elegancia en las «Cuatro estaciones» de Vivaldi, pero no fue suficiente.
Al final, nadie igualó la actuación de Javier Fernández con el trío de temas de Elvis Presley ("Trouble», «Fever» y «Jailhouse rock"), con los que está patinando esta temporada y que, en esta ocasión, ejecutó a la perfección.
Falló en un cuádruple, el tercero que intentó de la noche, y por ese error, que le mandó al hielo en una caída, perdió un punto. Pero antes bordó un par de cuádruples «toe», uno de ellos seguido de un doble «toe» que clavó en la pista de Ostrava.
Con una puntuación técnica 15 puntos superior al resto en su ejercicio, culminó su actuación algo cansado pero como casi siempre cumplidor. Un triple «axel», un triple «loop» y un triple salto sirvieron para finalizar una actuación complicada pero bien atacada.
Por eso, los jueces colocaron en la primera posición a Javier Fernández, que tuvo que esperar los ejercicios de sus dos rivales más peligrosos, Maxim Kvotun y el israelí Alexei Bychenko, para saber si volvía a ser campeón. Ambos lo intentaron, pero no pudieron con el patinador español.
Una de las frases del «Trouble» de Elvis Presley que patinó Fernández, sirve como metáfora para describir el dominio de un hombre imbatible en Europa: «Porque soy malvado, mi segundo nombre es miseria. Bueno, soy malvado, así que no te metas conmigo».
Nadie se puede meter con Javier Fernández. Si Elvis es el Rey del rock, Javier Fernández es el Rey de Europa. En marzo, intentará ser el Rey del mundo. En Helsinki (Finlandia), intentará volver a subirse a lo más alto del podio. De momento, pocos pueden hacerle frente.