España 4-0 Macedonia
España: De Gea; Carvajal, Nacho Fernández, Bartra, Monreal; Busquets, Koke (Isco, m.72), Thiago; Silva, Vitolo (Callejón, m.86) y Morata (Aduriz, m.60).
Macedonia: Dimitrievski, Ristovski, Velkovski, Mojsov, Ristevski, Alioski; Hasani (Gjorgjev, m.86), Bardi, Spirovski (Zhuta, m.60); Nestorovski (Ibraimi, m.83); y Pandev.
Goles: 1-0, m.34: Velkovski en propia puerta. 2-0, m.63: Vitolo. 3-0, m.84: Monreal. 4-0, m.85: Aduriz.
Árbitro: Robert Schörgenhofer (Austria). Amonestó a Alioski (92) por Macedonia.
La selección española suplió con eficacia las numerosas bajas que sufría ante Macedonia, a la que goleó bajo el influjo de David Silva (4-0), con una conexión letal con Vitolo, que empujó a una mejoría de imagen en una gran segunda parte, para mantener el liderato del Grupo G, que queda en un pulso con Italia.
España se mantiene firme en su camino al Mundial de Rusia. Busca Lopetegui variantes ante esquemas similares de cada uno de sus rivales. Las variaciones tácticas respecto a la última etapa de Vicente del Bosque se plasman con mayor agilidad, pero España no dio ante Macedonia con la tecla de inicio. Jugó a impulsos, le faltó velocidad por momentos y presencia ofensiva en los últimos metros en el primer acto. En la segunda mitad, con el desgaste del rival, encontró el camino liderado por Silva.
La defensa de cinco de Macedonia representaba un examen repetido para la Roja. En esta ocasión, decidió atacarla Lopetegui con laterales. Carvajal y Monreal eran los elegidos para desequilibrar con sus apariciones ofensivas. Las bajas condicionaban a España. Con Nacho firme en defensa, Bartra intentando tapar las carencias por altura en el juego aéreo por los indiscutibles Sergio Ramos y Piqué, más Thiago al mando en lugar de Iniesta.
El futuro de la Roja está en las botas de Thiago. Futbolista exquisito al que el nivel de exigencia del entorno de la selección le comienza a pedir mayor eficacia. En el Nuevo Los Cármenes dio un recital de sus virtudes. Lideró el juego, todo pasó por él e intentó aumentar su influencia en los últimos metros con pases de gol.
Con un taconazo se ganaba la ovación cambiando el sentido de la construcción, de un control orientado inventaba un regate, una maravilla en carrera por la espalda la convertía en falta en la frontal. España era Thiago y poco más.
Vitolo incansable en sus desmarques y Morata en la pelea buscaban el gol. El extremo chutó desviado nada más nacer el encuentro, cuando Macedonia perdonaba la acción más clara. Un balón peinado dejaba solo a Mojsov, un central al que se le hizo de noche ante De Gea y cabeceó al muñeco. Era un aviso y no sería el único porque la Roja hacía aguas en el juego aéreo. A los 20 minutos Pandev remataba de testa completamente solo en el punto de penalti y acariciaba el poste.
Avisados del castigo que podía llegar si no se mantenía la concentración, los hombres de Lopetegui reaccionaron en minutos de arreones. De nuevo hasta ocho córners desaprovechados en el primer acto. Ni las acciones ensayadas generaron peligro. Lo creo Morata que comenzó chutando cruzado y vio como la más clara, un mano a mano ante Dimitrievski, se lo sacaba rápido el portero y Silva se topaba con la defensa cuando buscaba marcar del rechace.
Tuvo una tercera Morata, que chutó mal y centrado tras pase de Silva, y se vio involucrado en la acción de fortuna que desequilibró la balanza hacia España. Buscó el remate al centro de Carvajal y acabó provocando que los centrales macedonios se molestasen. Velkovski remató sin querer a la red de su portería.
Restaban diez minutos al descanso en los que el partido bajó en intensidad. España imprecisa con balón pasó a aburrir. Era una imagen que no podía permitirse y en la segunda mitad lo contrarrestó. Fue cuando Silva, hoy capitán, se echó al equipo a sus espaldas y explotó una conexión isleña con Vitolo en estado de gracia con la Roja.
Siempre apura a línea de fondo, genera desequilibrio en cada una de sus acciones. Morata pudo sentenciar nada más arrancar, pero cuando armaba la pierna fue trabado y remató en semifallo. Quedó tocado de esa acción y tras minutos cojeando dejó su puesto a Aduriz.
La defensa de circunstancias española dejó algún error de puro nerviosismo. El mayor peligro de Macedonia es el contragolpe y apenas lo explotó. Se encontró con una falta de entendimiento entre De Gea y Bartra, que acabó despejando al rival, pero Hasani no encontró puerta.
Aparecía en escena la necesidad de sentenciar y España pisó el acelerador. Vitolo encaró, desbordó y regaló el gol a Silva que remató mal con todo para marcar. Se gustaban ambos en acciones en los que nadie chutaba y parecían querer entrar en la portería con el balón. Fue a los 63 minutos cuando llegó el premio en una acción colectiva con detalles repletos de calidad.
Nació la jugada en taconazo de Busquets, siguió con regate de tacón de Thiago, pase al espacio de Busi y asistencia de Silva. Vitolo en el segundo palo extendía su racha goleadora tras marcar en Italia.
Con todo perdido Macedonia buscó el gol a la desesperada pero se topó con De Gea. El segundo paradón de la noche lo dejó con una estirada al disparo potente y colocado de Bardi. Dio paso a una recta final en la que España devoró los espacios. Los laterales fabricaron el tercero, con centro de Carvajal y remate de zurda cruzado imparable de Monreal.
Y un minuto después, en el 85, Aduriz se convertía en el jugador más veterano en marcar con la Roja tras una nueva acción de Silva que Vitolo dejó pasar por debajo de sus piernas. Granada ovacionó a Isco cuando saltó al césped y enloqueció con el guiño de Lopetegui a un jugador de Motril como Callejón.