El armador y patrón del 'Duende 52' que fue rescatado este sábado tras permanecer más de cuatro horas en el agua, Jacinto Rodríguez, de 84 años, ha asegurado que siente que ha «resucitado» y se encuentra con las «fuerzas» para participar en la regata de la Copa del Rey Mapfre, que comienza mañana.
Rodríguez ha aparecido este domingo en el Real Club Náutico de Palma con muchas ganas de regata y «con una sonrisa y espíritu que marcan», narran los organizadores de la Copa del Rey.
«Listo para la regata de mañana. Me encuentro con fuerzas, aunque me duele un poco la pierna, pero en el barco para manejar la rueda ya tengo bastante», ha dicho el experimentado patrón en una entrevista.
Sin embargo, Rodríguez recuerda lo ocurrido cuando se dirigía al puerto de Palma para participar en la regata y cayó por la borda la madrugada del sábado.
«Lo peor: el rato que estuve en el agua, que no sabía si iba a salir o no», confiesa, mientras cuenta la estrategia que utilizó para aguantar hasta el rescate por parte de Salvamento Marítimo.
«Lo que quería era no cansarme, porque estaba seguro de que la solución era que me recogiesen, no que yo llegase a la playa», señala el navegante, que asegura que soportó ese tiempo con «moral». «Y no cansándose mucho: nadando despacito y no a 'crawl'. Yo aguantaba pensando en que durante el día alguien pasaría por allí. Y entonces vi un velero. Les grité pidiendo auxilio pero no me oían, así que pensé que estarían durmiendo», asegura.
Mientras estaba en el agua vio barcos y el helicóptero que le buscaba y no lo encontraba, pero le infundía ánimos para mantenerse con entereza, indica.
«Pensaba en sobrevivir y en hacer todo lo que pudiese por ello; ser positivo y pensar en que iba a poder salir y que no me había llegado la hora», señala.
«A veces creía que no lo iba a poder contar, pero sabía que tenía que aguantar. ¡No había hecho testamento ni nada! ¡No puedo irme así en vacío! Me encuentro resucitado», recuerda que pensó.
En esos momentos, pensaba en su familia y en «que es una pena dejar la vida así, de golpe, y sin decir adiós». «Eso me hundía un poco, pero como me encontraba bien, yo pensaba en luchar hasta el final», añade.
Cuando venía una ola, afirma, «escupía el agua enseguida para no tragarla, flotar y aguantar», con la intención de mantenerse a flote para que lo encontraran.
A pesar de todo lo ocurrido, Rodríguez ha superado el incidente. «Ahora, a regatear y a seguir. Se nota que tengo mucha gente que me quiere», concluye